Dos en uno: Arturo y Rodrigo Ramírez Chihan

Empresarios de tradición familiar

Arturo y Rodrigo Ramírez Chihan siempre supieron que terminarían trabajando juntos, aunque quizás no pensaron que sería tan temprano en sus vidas. Arturo (25), licenciado en Administración de Empresas, y Rodrigo (22), estudiante del último semestre de la misma carrera, comparten responsabilidades como brand managers de El Sena y directores de La Kikina.

Por Myriam Raphael Chase

Fotos de Guillermo Nuñez

El Sena y La Kikina son dos compañías bastante diferentes que tienen en común el talento de Arturo y Rodrigo. La Kikina se dedica a la producción de la raza brangus y opera tanto en el mercado interno y como en el de exportación. Por otro lado, El sena se encarga de la comercialización, importación y distribución de una selecta variedad de perfumes, cosméticos y tratamientos de belleza.

¿Cuál es la función de cada uno en la empresa?

Rodrigo: Soy Brand Manager de Productos Semi Selectivos en El Sena y administrador de La Kikina SA.

Arturo: En este momento estoy terminando de entrenar a la nueva brand manager que me va a reemplazar, puesto que tengo previsto realizar un MBA de la IE Business School en España.

¿Cuáles son las funciones reales de un brand manager?

Arturo: Es un cargo muy flexible y amplio, dependiendo del enfoque que cada empresa le da. En El Sena, son directamente responsables de todo lo que sea marketing y comercialización de las marcas a su cargo.

También deben estar al tanto del manejo de stock y procesos de importaciones en todo momento, aunque no sea su responsabilidad directa. de esta forma, pueden tener una visión integral sobre la marca y los diferentes aspectos que afectan a la misma.

¿Hace cuánto que trabajan juntos?

Rodrigo: Oficialmente desde que comencé a trabajar, después de terminar el colegio, en febrero del 2013.

¿Se imaginaron que iban trabajar juntos?

Arturo: ¡Sí! Es la cultura de la familia, crecimos viendo eso. Mi abuelo inició la empresa con su hermano y hoy la dirigen mi mamá con su hermano, por lo que siempre supimos que si no era en El Sena sería en algo nuestro, pero no nos íbamos a salvar.

¿Repercutió esto en su vida cotidiana fuera del trabajo?

Rodrigo: Realmente, no. tratamos de mantener separado lo que es el trabajo y las relaciones familiares. Obviamente, hay algunas veces que cuesta más que otras. Tratamos de ver el lado positivo y gracias a que trabajamos todos en la misma oficina podemos compartir más que otras familias.

¿Son competitivos entre ustedes?

Arturo: No, porque no realizamos las mismas tareas. Cada uno se encarga de cosas distintas, teniendo bien diferenciadas las tareas y responsabilidades podemos aprovechar las virtudes y lo que cada uno hace mejor.

¿Tienen la habilidad de reconocer al otro cuando tiene una mejor idea?

Arturo: Por supuesto. Sin importar de dónde venga la idea, siempre y cuando tenga fundamentos, la discutimos y llegamos a un consenso. También sabemos cuáles son las áreas en las que uno o el otro es mejor, entonces, nos apuntalamos entre los dos para lograr el mejor resultado posible.

¿Comparten una visión común del negocio?

Rodrigo: generalmente sí, pero cuando no coincidimos es donde todo es más interesante, puesto que cada uno tiene que demostrar la razón por la cual tiene otra visión. Uno debe buscar la forma de convencer al otro para poder estar de acuerdo entre los dos y fijar un curso de acción.

¿Cómo es el ritmo de trabajo de cada uno?

Rodrigo: dependiendo de los días, puede ser acelerado como relajado. lo bueno de trabajar en dos rubros totalmente diferentes, como son la perfumería y la ganadería, es poder complementar ambos; de trabajar en el acelere de la oficina a trabajar en el campo al aire libre. Claramente, tengo que manejar los tiempos para organizarme y desempeñarme de la mejor manera posible en ambas partes.

Arturo: Acelerado. disfruto haciendo de todo, un día jamás es igual a otro. Más que nada, me gusta la parte estratégica de las cosas para después poder comparar con los resultados. Me gusta el orden por sobre todas las cosas y tiendo a ser muy exigente con los demás para que también le den el mismo valor.

¿Cómo es trabajar con la familia?

Rodrigo: Como todo trabajo, tiene su lado bueno y su lado no tan bueno. Es positivo desde el punto de vista del aprendizaje porque tenés la posibilidad de conocer sobre muchas áreas. Eso no es posible cuando trabajas en una empresa que no es de tu familia, lo normal es que solo estés al tanto de lo que te compete. de manera personal, por supuesto, es bueno el tiempo que compartimos juntos en la oficina.

Arturo: El lado no tan bueno es que a veces es difícil separar las cosas y eso desgasta un poco las relaciones familiares. Personalmente, me gusta trabajar con mi familia, ya nos conocemos lo suficiente entre todos para saber lo que le gusta y lo que le molesta a cada uno.

¿Cómo se ven de acá a diez años?

Arturo: Profesionalmente, planeamos continuar trabajando juntos ya sea dentro de las empresas en las que estamos o en otros proyectos que tenemos pensado desarrollar para el futuro. Entre los dos nos complementamos bien, por lo que podemos continuar haciendo muchas cosas juntos.