Guillermo Fridman. Del back al front stage

De una esencia camaleónica, Guillermo Fridman, maquillador, fotógrafo, productor y director artístico del Grupo L’Oréal Paraguay, explora diversas aristas creativas. En su mejor momento, a los 44 años, nos abre las puertas de su vida personal y cuenta acerca de lo que realmente le apasiona.

Por Kate Reichardt | Fotos Arturo Benítez Arrúa

Una mañana de junio me encontré con la cálida sonrisa y el paso acelerado de Guille Fridman. Cargado de equipo fotográfico en manos, se venía un largo día de trabajo para él, ya que con sus lentes debía capturar las imágenes de Los elegidos de esta edición de Level.

En uno de los breaks de la jornada, nos sentamos a conversar y en un abrir y cerrar de ojos, ese break se volvió un espacio de charla lleno de anécdotas y emotivas historias de la vida del creativo. “Desde chiquito siempre me gustó todo, nunca pude elegir una sola cosa”, arranca diciendo Guille, de profesión arquitecto.

“Empecé modelando, pero no era lo que realmente me gustaba. Igual, gracias a eso, descubrí el maquillaje. Estudié arquitectura, y dejé la facultad por unos años, hasta que finalmente terminé la carrera. Luego decidí aprender fotografía, porque no me cerraba depender de otro para obtener material y publicitar mi trabajo. Tenía miles de ideas en la cabeza y sentía que nadie podía materializar lo que yo quería transmitir. Es así que, para poder transmitir mi visión completa, me volví autodidacta en peinado, maquillaje y fotografía”, explica.

Así, hoy en día, Guille es el artífice del estilismo completo, la fotografía y la edición de la imagen de muchas campañas publicitarias y editoriales que vemos en nuestro medio. Sin embargo, admite que, de todas sus pasiones en el ámbito laboral, lo que más le gusta es maquillar. “Es algo que me llena el alma, mi sueño siempre fue maquillar para una tapa de Vogue y a íconos como Madonna o Kylie Minogue”, destaca el artista de origen formoseño. Añade que trabajar sobre el rostro, para él, es trabajar sobre un lienzo. “Mientras maquillo, estoy creando un cuadro vivo”.

EL PARALELISMO DEL MUNDO DE LA MODA

“La gente piensa que, porque trabajo en moda, soy superficial, pero la realidad es otra. ¡Soy un camionero!”, dice entre risas. “Me gusta la moda, pero hacerla, no vivirla. No me gustaría estar al lado de una persona que esté producida las 24 horas al día, me gusta lo auténtico”, explica.

Guille describiría a la moda como mágica, conceptual, cruel y vanidosa a la vez. “Es un paralelo de cosas buenas y malas. Es mágica porque al que consume y hace la moda le desconecta de la realidad, ves proyectado tu alter ego, lo que te gustaría ser o algo que te gusta admirar”.

Sin embargo, también es un ambiente muy cruel y conceptual”, expresa el creativo. “Llega un momento en el que pasa a primer plano lo visual y estético, dejando de lado la parte emocional. Ahí viene lo paradójico, ya que dentro
de esa falta de emoción terminás expresándote. Es muy loco, porque si bien no me gusta, a veces promuevo eso; y siempre debe haber un parámetro de dónde frenar”.

Por otro lago, Guille afirma que la moda también busca reflejar lo que está pasando en el mundo a nivel sociocultural. “Hoy encontrás editoriales que hablan del medioambiente o del maltrato animal. Igualmente, los maquillajes cruelty free están ganando más mercado y eso me llena de felicidad”, comenta Guille.

DIRECTOR DE ARTE A NIVEL NACIONAL

A lo largo de su trayectoria, Guille cumplió varios sueños, como el que le toca vivir ahora, como director artístico del Grupo L ́Oréal Paraguay. “Este es un trabajo soñado y es la primera vez que se crea un puesto así en Paraguay. Siento que puedo hacer lo que me gusta: crear”. Entre sus labores se encuentra definir la estética de la campaña para la región, trazar directrices a las agencias creativas y generar contenido para la marca.

“A la par, estoy como maquillador internacional de Maybelline. Este año, por tercera vez, voy a maquillar para la marca en el New York Fashion Week. Voy a trabajar en el backstage de shows de grandes diseñadores, como Carolina Herrera y Proenza. Este es un sueño cumplido tras más de 20 años de mucho esfuerzo y sacrificio. Mi portafolio tuvo que ser previamente aprobado en Nueva York y la satisfacción es increíble”.

LOS ANIMALES, SU FAMILIA Y VERDADERA PASIÓN

En el alma de Guille, los animales tienen un sitio más que especial. “Amo los animales con toda mi alma; lastimosamente, no tengo un poder adquisitivo que me permita emprender algún proyecto a gran escala. Sin embargo, hago lo que puedo: rescatar y adoptar animales”, relata y agrega que comparte con su pareja la custodia de nueve perros y dos gatos; y suma otros cinco perros que viven con su ex. “No somos un refugio, pero ponemos nuestro granito de arena y así se calman nuestros corazones”.

Guille cree firmemente que la responsabilidad de que la ciudad esté llena de animales callejeros es de todos. Para él, no existe un amor como el que brinda un animal. “La bienvenida que te dan los animales jamás te la dará un ser humano; tampoco ese amor incondicional. Mi mensaje es: rescatá”, concluye.

LA LIBERTAD Y SU VISIÓN

“Soy un tipo preparado, universitario, dedicado y, sobre todo, una persona libre. Quiero dejar mi visión como legado de mi trabajo y de cómo viví. Dentro de 20 años me encantaría que alguien diga: ‘Hagamos esto al estilo Fridman’”, finaliza.