ENVEJECER CON AUTENTICIDAD Y NATURALIDAD
Los tratamientos estéticos no invasivos están en auge, y la toxina botulínica es la opción preferida por los hombres debido a su efectividad comprobada, ya que ayuda a mantener una apariencia más juvenil y fresca en el rostro, lo que puede ser beneficioso tanto en la vida personal como en el ámbito profesional. Te invitamos a conocer más sobre Xeomin.
Por Nora Vega Fotos Gentileza
En el constante avance del mundo de la medicina estética, cada vez hay más opciones para ayudar a mantener la piel más luminosa. Entre ellas se destaca la toxina botulínica, también conocida como Botox, por eso queremos que conozcas sobre Xeomin.
Respaldada por cientos de estudios científicos y avalada por la FDA con Registro en Dinavisa, esta toxina de origen alemán, desarrollada por Merz Aesthetics, ayuda a dar una apariencia más lisa y suave en aquellas arrugas relajando el músculo y así otorgar un aspecto más fresco y rejuvenecido en general a las zonas aplicadas. Y todos sabemos que lo que se busca actualmente es naturalidad y armonía, es decir, facciones, rasgos, gestualidad y expresividad sin transformaciones radicales.
La toxina botulínica administrada en dosis justas, por las manos y ojos expertos, ofrece una solución eficaz para suavizar las líneas de expresión. Logra relajar los músculos para evitar que se contraigan en su totalidad, luciendo así una piel sin arrugas profundas, dando luminosidad a la mirada y al tercio superior del rostro: entrecejo, frente y patas de gallo.
El laboratorio Merz lleva más de 110 años desarrollando productos de alta calidad y científicamente probados. En el caso de Xeomin, se basa en una fórmula única que reduce significativamente las proteínas innecesarias que generan resistencia a largo plazo. Cuenta con el respaldo de la FDA y con el registro sanitario vigente en Paraguay.
CÓMO SABER CUÁNDO ES EL MOMENTO
El proceso visible del envejecimiento cutáneo comienza entre los 20 y los 30 años. Hasta entonces, el cuerpo produce suficiente colágeno: el tejido es firme y aún se puede tensar gracias a las fibras de elastina. A medida que la piel envejece, produce menos de esas proteínas, y las células de la piel se dividen más lentamente. El contenido de agua y grasa en la dermis disminuye, y la misma se vuelve más delgada y seca. El aporte de nutrientes a la piel también se reduce.
El envejecimiento visible del cutis se nota inicialmente a través de pequeñas arrugas alrededor de los ojos y las comisuras de la boca. Después de unos años, las arrugas finas no solo pueden convertirse en surcos profundos, sino que el rostro también puede perder volumen, como consecuencia del debilitamiento del tejido conectivo.
EFECTIVIDAD SIN EXCESOS
Xeomin reduce la aparición de arrugas faciales y líneas finas atenuando temporalmente los músculos de cada zona tratada. Una vez que los músculos se relajan, la superficie de la piel del rostro se alisa. No se requieren cortes ni incisiones y, de hecho, tu médico puede tratarte con un anestésico tópico de antemano para asegurarse de que las inyecciones no causen ninguna molestia. Aquí lo más importante es que logra un resultado muy sutil y natural, dependiendo de las dosis administradas.
La toxina botulínica es una buena opción para quienes buscan retrasar la aparición de las arrugas de expresión. La decisión
de cuándo comenzar el tratamiento preventivo con el producto debe tomarse en consulta con un dermatólogo u otro profesional médico calificado. Estos profesionales pueden evaluar las necesidades individuales y recomendar el mejor plan.
Los pacientes ideales son todos aquellos hombres que deseen un rostro más relajado, que busquen eliminar la cara de enojo del entrecejo, rostro más fresco, idealmente a partir de 25 años. Los hombres que más se pueden beneficiar son aquellos que viven en zonas con mucho sol, realizan ejercicio físico con frecuencia o tienen una predisposición genética a las arrugas expresivas.
Su aplicación es rápida y se realiza de forma ambulatoria en el consultorio, pudiendo el paciente retomar la vida cotidiana inmediatamente. La duración del efecto del tratamiento está asociada al estilo de vida del paciente y oscila entre tres a seis meses.