Andrés Báez dio sus primeros pasos en el mundo de la moda con tan solo 18 años. Ese fue el inicio de una carrera que lo llevaría a ser uno de los 6 finalistas —entre 450 participantes provenientes de 18 países— del Taiwán Fashion Design Award, uno de los eventos de moda más importantes de Asia.
Por Kate Reichardt / Fotos Alejandra Laterra y Nath Planás
La moda capturó el interés de Andrés Báez debido, primeramente, a su pasión por las artes plásticas. Así también el creativo utiliza al diseño de indumentaria como un medio de expresión corporal. En conversación con Level, el diseñador nos cuenta acerca de sus inicios, métodos de producción sostenible y el futuro de su marca homónima.
Estudié en la Universidad Nacional de Asunción la carrera de Diseño de Indumentaria Escénica y Urbana e inicié mi
camino profesional en el Pilar Puro Talento del año 2012. Tenía 18 años y de ahí no paré hasta hoy día. Participé de manera colaborativa con marcas locales, me presenté en desfiles internacionales en Dubái y en la Semana de la Moda en Roma, Italia.
Defino a mi estilo como vanguardista, donde todo es posible. Me gusta mezclar influencias artísticas, la artesanía, el alto lujo y la moda alternativa desde el punk o el glam rock. Un toque de rebeldía en un diseño delicado, conjugado en conceptos de exploración de materiales.
Mi primera experiencia con sostenibilidad se dio con los pigmentos naturales, luego incorporé el aprovechamiento de tejidos que ya no tenían uso y recientemente apliqué la utilización de artesanía en fibras de caraguatá, algodón orgánico, aplicaciones en cerámica y otros materiales, como plástico y vinilo. Esto siempre que congenian los materiales en formas, diseños, texturas y, sobre todo, concepto. Asimismo, aprovechamos prendas que ya no tienen uso como un nuevo canvas para crear texturas y formas.
«Mi siguiente paso es y siempre será participar en concursos internacionales y proyectar mi marca al mercado internacional».
Lo más importante a la hora de desarrollar una colección es la investigación: definir un concepto, explorar y experimentar materiales, diseñar y desarrollar prototipos.
En cuanto a la alta costura, realizamos un análisis de la clienta a través de un cuestionario y con base en eso sugerimos propuestas de diseño y materiales.
La colección que presenté en Taiwán fue mi primera colección ready-to-wear, que se basó en la sustentabilidad en materiales y mi pasión por lo hecho a mano y la artesanía.
Me inspiro en las problemáticas sociales, en los movimientos culturales, el arte, la fotografía, la historia de la moda y también indago bastante sobre la cultura underground. Mis estados de ánimo también se reflejan en cada colección, la moda puede ser algo personal y un medio para la expresión artística.
A través de una invitación por parte de la Embajada de Taiwán. Fue la edición número 35, donde fui seleccionado entre más de 450 postulantes de todo el mundo y finalmente quedé entre los seis mejores del concurso. Fui el primer latino en entrar a uno de los concursos más importantes de Asia.
La colección se llamó Cuerpos Entrelazados. Como concepto indagué la transición histórica del tejido y la trama, cómo va tomando forma en diferentes periodos y así también la artesanía como futuro de la moda sustentable. Utilicé varias técnicas artesanales —con más de 60 artesanas de Paraguay— como el poyvi, ñandutí, encaje ju, fibra de caraguatá y el auténtico ao po’i, que fusioné con restos de tejidos, plástico y vinilo que se emplean en publicidad. Los aros y apliques utilizados estaban hechos de cerámica esmaltada, y los zapatos y bolsos de ecocuero, ñandutí y caraguatá.
Mi siguiente paso es y siempre será participar en concursos internacionales y proyectar mi marca al mercado internacional.