Hermanos Roca: Los une el apellido, los conecta la pasión

Existen talentos innatos y otros que se aprenden, existen valores que se heredan y otros que se adoptan por el camino, y existen pasiones que se comparten de manera inexplicable. Así es la relación de los tres hermanos más reconocidos de la gastronomía mundial: Los Roca.

Por Florencia Parodi | Fotos Gentileza

Joan es chef; Josep es sommelier y Jordi, postrero. Tres talentos únicos y diferentes que se ensamblan de manera perfecta para ofrecer una experiencia única a sus comensales. Son los propietarios del multipremiado restaurante El Celler de Can Roca. El establecimiento se ha mantenido durante diez años consecutivos en el top cinco de la lista the World’s 50s Best Restaurants y fue seleccionado como mejor restaurante del mundo en el 2013 y el 2015. Tiene tres estrellas Michelin y es considerado una insignia de la cocina española.

Pese a las múltiples propuestas de trasladar su negocio a ciudades más cosmopolitas, los hermanos se negaron a hacerlo. Sin embargo, en el 2015 y el 2016 decidieron cerrar las puertas de su restaurante por unos días y llevar su cocina a diferentes rincones del mundo. Iniciaron una serie de giras por países de todos los continentes, ofreciendo experiencias gastronómicas que combinaban lo mejor de su cocina con los ingredientes y la cultura de cada país.

Tres roles, una misma visión

Tuve la oportunidad de sentarme a una de las mesas creadas por ellos y quedé sorprendida por el magnetismo de estas personas. Comer en una “mesa Roca” es asistir a un espectáculo de sensaciones, ya que cada uno de los hermanos tiene un acto.

Para Joan, el que calma el apetito, “la gastronomía cuenta historias” y cada plato es una oportunidad para estampar su sello de creatividad y respeto hacia los ingredientes y la técnica. Para el chef, aprender las técnicas es “fundamental para luego tener la capacidad de jugar con ellas y experimentar”.

Para Jordi, el fanático del chocolate, además de la creatividad, que sin duda se refleja en sus creaciones más insólitas como el bombón con la forma de su propia nariz, divertirse en la cocina también es clave. El “responsable dulce”, como se llama él mismo en su cuenta oficial de Twitter, comenta que para crear lo nuevo se inspira en la memoria de las emociones y las sensaciones, y que siempre está listo para improvisar.

Jordi también ha creado su marca de helados, Rocambolesc, la cual define como un reflejo de él mismo, con propuestas atrevidas, divertidas e inolvidables.

Josep, quien comparte plato a plato con comensales a través de los vinos, define al sommelier como “un contador de historias”. Dentro de cada botella y escondida en cada etiqueta hay una historia que tiene que ver con personas, con el suelo, con la naturaleza, con un país, con el sueño de una familia, con el trabajo y el empeño.

Los cimientos del éxito

Son innovadores y creativos, y a pesar de tener las ideas en el cielo, los pies los mantienen en la tierra. Los tres pregonan una filosofía anclada en valores como el trabajo en equipo, el respeto por los ingredientes, la responsabilidad con la sustentabilidad y la humildad.

Crecieron en el restaurante familiar, el Can Roca, donde absorbieron ese mundo de aromas, sabores, el bullicio de los platos y las cacerolas, las corridas del servicio. Hoy transmiten esta misma simplicidad a todo su equipo, ya que almuerzan todos los días en el establecimiento Can Roca, ubicado en la misma cuadra. Joan ha manifestado que hacer esto es como un recuerdo constante de la sencillez y la humildad que deben reinar en el equipo y la calidez en la cocina.

No todo termina en la cocina

Los hermanos Roca, movidos por la innovación, también crearon la Masía. Un espacio en donde colaboran con visionarios de diferentes áreas para crear proyectos. Uno de ellos es el reciclaje de botellas de la cava del restaurante, como una forma de crear conciencia sobre las prácticas sustentables.

Por otro lado, la heladería Rocambolesc de Jordi tiene planes de expandirse a otros países. Los hermanos también anunciaron que en el 2019 abrirán Casa Cacao, una chocolatería con unas 15 habitaciones donde fabricarán chocolates y helados Rocambolesc. A esto se suma el Mas Marroc, un centro de eventos.

SOBRE EL CELLER DE CAN ROCA

Ubicado en Girona, Cataluña, anclado en un barrio antiguo y de clase obrera, el restaurante tiene una capacidad para unas 50 personas y casi 70 trabajando en la cocina y el servicio.

Su bodega es una de las más envidiadas con más de 60 000 botellas. Las opciones de menú son cerradas y cuestan en promedio 200 euros. Los tiempos de espera para disfrutar de esta cocina son de por lo menos diez meses.