Una industria solidaria

La pandemia reveló la faceta solidaria de la industria de la moda y textil, que en tiempo récord se reinventó para salir a flote y al mismo tiempo colaborar con insumos de protección para cubrir la carencia que se dio en el sistema sanitario de nuestro país

Por Kate Reichardt / Fotos Gentileza

La crisis sanitaria golpeó abruptamente al sector económico, especialmente a pequeñas y medianas empresas del rubro textil, que en lugar de cerrar sus puertas y dejar sin trabajo a miles de colaboradores, cambió su estrategia, volcando su producción hacia las nuevas necesidades.

Adriana Chaparro, gerente de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP), señaló que la industria vio una falta de insumos de protección. “La reinvención del sector fue empujada por una necesidad de las empresas, y las marcas nacionales dieron un vuelco para no dejar sin trabajo a costureras y colaboradores”.

Sobre esto, conversamos con algunos diseñadores y marcas nacionales que lograron transformarse para aportar su granito de arena ante la crisis.

ALBERTINA

Olivia Cazal, copropietaria y diseñadora de Albertina, describió a este tiempo como uno que trajo mucha incertidumbre. “Para Albertina, los primeros días del encierro fueron muy duros. Si bien teníamos una página de e-commerce, se cancelaron por un tiempo los envíos”.

La marca ya se destacaba por ser una de las primeras con un enfoque digital y la llegada de la pandemia puso en evidencia un camino ya recorrido, el cual otras marcas empezarían a descubrir. “Ya contábamos con una tienda online y éramos una de las pocas que teníamos un know how en logística digital. Entonces, decidimos darles un espacio gratuito a marcas que estaban luchando por sobrevivir. Lo único que quedaba a su cargo era la entrega. Si podés dar una mano, ¿por qué no la darías?”, explica Olivia.

“Empezamos también a fabricar insumos médicos, los cuales fueron donados al Departamento de Obstetricia del Materno Infantil y al Hospital de Clínicas”. Esto significó para la marca volver a trabajar y poder cubrir salarios y costos.

Por otro lado, para Olivia, el cambio más notable fue convertirse en una industria solidaria. “Independientemente a que somos competencia, por primera vez sentí gran solidaridad entre todas las marcas, empresas e importadoras de tejidos. Hubo mucho aporte y ganas de ayudarnos unos a otros”, finaliza.

“EN LUGAR DE CERRAR SUS PUERTAS Y DEJAR SIN TRABAJO A MILES DE COLABORADORES, EL RUBRO TEXTIL CAMBIÓ SU ESTRATEGIA, VOLCANDO SU PRODUCCIÓN HACIA LAS NUEVAS NECESIDADES”.

MAESTRO

Maestro es una de las marcas nacionales que se reinventaron y enfrentaron a la pandemia con una rapidez impresionante. Hoy, forma parte de las industrias que conforman el Acuerdo Nacional de Provisión de Indumentaria Hospitalaria, trabajando al servicio de los médicos paraguayos.

“La fábrica tiene una capacidad de producción de 350 000 batas quirúrgicas por mes, dando así empleo para este proyecto a más de 100 personas, resguardando el trabajo de varios paraguayos”, comenta Lilia Acevedo, fundadora de la marca.

Durante este periodo, Maestro además realizó dos tipos de donaciones. Una de ellas, llevada a cabo en conjunto con el Ministerio de Salud y Bienestar Social, consistió en confeccionar insumos médicos de manera gratuita, y la otra, en que un porcentaje de las ventas iba dirigida a la producción de los insumos médicos, que luego se distribuyeron a hospitales regionales del país.

PATROL JEANS

La marca nacional Patrol Jeans lanzó la campaña Paraguay de blanco, en conjunto con los medios de comunicación del Grupo JBB, que dotará de 8000 equipos de protección al personal de blanco y 10 000 tapabocas para los funcionarios encargados del orden y la limpieza.

Los equipos médicos constan de cofias, chombas, pantalones y botas que serán entregados al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, para que sean distribuidos a los hospitales del país.

VICTORIA MALUFF

Para Victoria Maluff, diseñadora de alta costura al frente de su marca homónima, la pandemia llegó con un gran impacto. “Tuvimos que cambiar de producto y de estrategia. Al ser cancelados los eventos, lógicamente, pasamos de tener un gran volumen de clientas de alta costura a no tener ninguna. Si bien la primera palabra que leía en artículos internacionales era reinventarse, también sentimos la necesidad de aportar nuestro granito de arena al personal de blanco, mientras desarrollábamos nuestro plan”.

En el taller de Victoria Maluff fueron confeccionados tapabocas con diseños distintivos que fueron donados al Hospital de Clínicas. Y ahora, si bien aún no hay eventos sociales, Victoria sigue empleando a colaboradoras y costureras para la confección de prendas loungewear, dándole el toque cool y único de la marca.