Villa María, un encuentro con el pasado

Ubicada en el centro histórico de San Bernardino, Villa María es la vuelta a lo genuino y tradicional, a los recuerdos de un tiempo que pasó, pero que siguen latentes para su encuentro.

Por Kate Reichardt / Fotos gentileza

San Bernardino es el sitio donde permanece presente la arquitectura que dio origen al pueblo, que se conjuga con una frondosa vegetación enmarcada por cerros y el maravilloso lago Ypacaraí.

El arquitecto Juan José Ardissone, propietario de Villa María, expresó que este proyecto nació con el propósito de conservación y valorización del patrimonio tangible e intangible del Paraguay, a través de una propuesta de turismo de alto nivel; un servicio al que considera muy escaso en el país.

Villa María está compuesta de dos casonas tradicionales, erigidas a finales del siglo XIX. Cada una representa a una familia de María, con su espíritu y personalidad. Los espacios buscan transportarnos a un momento de nuestra historia en el que fuimos felices, rodeados del cariño de “María”; nombre que representa a las mujeres paraguayas, madres, abuelas y tías que logran transmitir una nueva cultura fusionando las tradiciones del viejo continente, trasmitidas por sus antepasados, con las autóctonas costumbres e ingredientes de nuestra cultura guaraní, a través del cariño y la atención a los detalles.

ESTE PROYECTO NACIÓ CON EL PROPÓSITO DE CONSERVACIÓN Y VALORIZACIÓN DEL PATRIMONIO TANGIBLE E INTANGIBLE DEL PARAGUAY, A TRAVÉS DE UNA PROPUESTA DE TURISMO DE ALTO NIVEL.

LA LILIA

La Lilia está ambientada con un aire colonial tropical propio de las familias mestizas, como de la que desciende Lilia, hija única que recibió esta casa de sus padres como regalo al cumplir 15 años.

LA CASA DEL VAL

La Casa Del Val está inspirada en la vida campestre que llevaban sus habitantes de origen francés, al insertarse en el recóndito pueblo de San Bernardino, y de la pensión que manejaban en la propiedad de enfrente a principios del siglo XX.

“El hotel cuenta con habitaciones en ambas casonas antiguas, totalmente refaccionadas y ambientadas con el confort actual. Además, contamos con el Café de La Lilia que abre todo el día, los siete días de la semana, y El Bistró de La Casa Del Val, que cuenta con un menú variado y abundante, así como también una barra de tragos en torno a una gran pileta”, describió el arquitecto.

La Villa permanecerá abierta durante todo el año y está pensada para el desarrollo de eventos sociales y empresariales.