Por Nora Vega
A lo largo de estas tres décadas, el compromiso con ofrecer experiencias únicas ha sido el motor detrás del éxito. DelSol se consolidó como un espacio donde las familias y los amigos pueden reunirse, disfrutar y crear recuerdos, convirtiéndose en un punto de referencia en la ciudad. Esa combinación de pasión, constancia y visión colectiva dio lugar a un sitio emblemático, ícono de Asunción, que sigue creciendo junto con su público.
Treinta años de historia se celebran con emoción y orgullo. Desde el inicio de las obras, cada paso ha sido parte de una evolución constante que hoy se traduce en un símbolo del retail y el entretenimiento en Paraguay.
“Formar parte de este proyecto desde el primer día implica no solo mirar hacia atrás con nostalgia, sino también hacia adelante, con entusiasmo por compartir este nuevo crecimiento con locatarios, clientes y colaboradores”, dijo Monique Patri, gerente Comercial.
El crecimiento de este shopping no solo se dio a nivel edilicio, sino que la propuesta comercial también evolucionó de manera notable. “Lo que comenzó con una oferta de marcas locales y algunas franquicias, hoy incluye firmas internacionales y de lujo, adaptándose a los gustos y necesidades de un consumidor cada vez más exigente. Esta transformación refleja la búsqueda constante por ofrecer experiencias de calidad y mantenernos a la altura de los estándares globales”, mencionó Monique.
Entre las novedades más importantes se destaca la construcción de la nueva Torre Corporativa, un proyecto destinado a oficinas empresariales que apunta a contribuir al desarrollo urbano de la capital. Con 36.000 m² de superficie, se integrará de forma armónica al centro comercial, que actualmente abarca 89.000 m², y sumará 21.000 m² de mall y 50.700 m² de estacionamiento. La visión es crear un edificio emblemático que represente innovación, progreso y excelencia arquitectónica.
“En paralelo, estamos trabajando en la llegada de nuevas marcas internacionales para ampliar la oferta y acercar al público local experiencias comparables a las de los grandes destinos de compras del mundo. El objetivo es seguir siendo un punto de encuentro para todas las generaciones, un espacio donde cada visita se viva con la misma emoción que el primer día”, expresó Monique.

El alma de pionero y el corazón lleno de sueños
DelSol marcó un antes y un después, pero desde sus inicios tuvo claro que el verdadero desafío no era ser el primero, sino ser el mejor. “No crecimos junto con la ciudad, sino que ayudamos a crear una nueva. Inspiramos la transformación del eje corporativo más importante del país, alrededor del cual surgieron hoteles, torres residenciales y edificios emblemáticos. Por eso, decimos con orgullo que delSol no solo fue testigo del crecimiento de Asunción, sino protagonista en la creación de una ciudad dentro de la ciudad”, comentó Carolina Lenguaza, gerente de Marketing.
Abrir un shopping en los años noventa fue una apuesta audaz. La palabra sonaba lejana, casi futurista. Significaba abrir una ventana al mundo y proponer un nuevo estilo de vida. “Estábamos lejos del centro y teníamos que ganarnos la confianza. Sin embargo, la gente vino, curiosa y entusiasmada, y supimos estar a la altura. Ese arranque fue emocionante, desafiante y transformador”, cuenta Carolina.
Otro de los grandes retos fue construir vínculos: convencer a las marcas de que este formato no era pasajero y acompañar a los clientes en el descubrimiento de que un shopping podía ser mucho más que un lugar de compras: un refugio, un punto de encuentro, una experiencia.
“Lo logramos siendo coherentes. Desde el primer día, cuidamos cada detalle, cada espacio, cada relación. Porque sabíamos que no estábamos vendiendo metros cuadrados: estábamos construyendo vínculos a largo plazo”, expresó Carolina.

Lealtad e innovación
Ese vínculo impulsó la creación de uno de sus pilares más fuertes: el programa de fidelidad delSol. Un ecosistema robusto, completo, que fue evolucionando con el tiempo y que hoy se vive a través de una app moderna, funcional, pensada para hacer sentir a cada socio parte de algo más grande. “Porque cuando la tecnología se pone al servicio de las emociones, de la gratitud y del cuidado, no solo generás recompensas, generás comunidad”.
El equipo directo está compuesto por unas 120 personas e, indirectamente, delSol da trabajo a más de 2.500 personas entre vendedores, proveedores, personal de limpieza, seguridad, mantenimiento, gastronomía y entretenimiento.
“Nuestra fortaleza se sostiene en coherencia, empatía y pasión. Y nuestro verdadero corazón late en las personas: clientes, locatarios y colaboradores que nos acompañan desde el inicio y hacen que esta historia siga creciendo cada día”, enfatizó la gerente de Marketing.
Como anécdota, Carolina cuenta que una de las decisiones más arriesgadas y valiosas fue poner a la mujer en el centro de su estrategia. “Decidimos hablarle a ella, darle protagonismo real y convertir a nuestras clientas en la voz y el rostro de la marca. Esa elección transformó nuestra comunicación y fortaleció nuestro ecosistema de fidelidad, convirtiéndolo en un activo estratégico”.
DelSol tiene algo que trasciende lo comercial: tiene alma. “En un contexto donde muchos shoppings buscan parecerse a otros, nosotros siempre elegimos parecernos a nosotras mismas. Apostamos por la autenticidad, por conocer de verdad a quienes nos eligen, por sorprender con innovación sin perder lo humano. Y eso, en un mundo tan homogéneo, nos hace únicos”.
Hoy, ya no es solo un shopping: es DelSol Shopping & Lifestyle, un punto de encuentro donde se compra, se vive y se encuentra inspiración. Un espacio que refleja el pulso de la ciudad, donde las tendencias, la gastronomía, la arquitectura y las experiencias se entrelazan para crear momentos memorables.

