Aceites esenciales

El auge de la medicina integrativa, práctica que fusiona la medicina convencional con técnicas de la medicina alternativa, trajo consigo el uso de los aceites esenciales para el bienestar. Hospitales alrededor del mundo ofrecen estos aceites como un tratamiento complementario para sus pacientes y la aromaterapia ha surgido como una opción complementaria popular.

Por la dra. Bianca Parra

Los aceites esenciales son productos naturales derivados de las plantas, considerados muy importantes, debido a sus propiedades biológicas y de uso medicinal. Estas sustancias han sido utilizadas por culturas alrededor del mundo y durante siglos para diferentes propósitos. Los antiguos egipcios usaban aceites aromáticos ya en el año 4500 a.C. en cosméticos y ungüentos; mezclaban preparaciones a base de hierbas, como el anís, el cedro, la cebolla, la mirra y las uvas en perfumes o medicinas. Por otro lado, el uso de aceites aromáticos se registró por primera vez en la medicina tradicional china e india entre los años 3000 y 2000 a.C., y la historia enumera más de 700 sustancias, entre ellas, la canela, el jengibre, la mirra y el sándalo, como efectivas para la curación. En los siglos XVIII y XIX, los químicos descubrieron componentes activos de las plantas medicinales e identificaron sustancias como la cafeína, la quinina, la morfina y la atropina, hecho que se consideró importante por sus efectos biológicos.

AROMATERAPIA

Ensayos clínicos han evidenciado una variedad de respuestas fisiológicas y psicológicas con la inhalación de aceites esenciales, como cambios en la frecuencia cardiaca, presión arterial, frecuencia respiratoria, niveles séricos de cortisol y composición de ondas cerebrales, acompañadas de sentimientos de relajación, satisfacción y alerta.

Su capacidad de activar diferentes vías neuronales, sin desarrollar los efectos secundarios de las drogas sintéticas, convierten a los aceites esenciales en alternativas para el tratamiento de enfermedades mentales, como la depresión, la ansiedad y la demencia. Sin embargo, se debe realizar una mayor investigación clínica para promover el desarrollo y la aceptación de medicamentos a base de aceites esenciales.

Los pacientes gravemente enfermos se benefician de las terapias diseñadas para calmar la ansiedad, aliviar la boca seca, facilitar la respiración dificultosa y ayudar a aliviar los olores de las heridas. La aromaterapia es muy utilizada en el perioperatorio, ya que los pacientes que van a cirugía, a menudo sufren de mucha ansiedad. Una oferta de un inhalador personal o un parche aromático que contenga aceites calmantes puede ayudar a reducir la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, así como la ansiedad antes del procedimiento. Los pacientes que todavía están sedados pueden beneficiarse del uso de aceites esenciales a través de un parche de aroma, o el personal puede acercar un inhalador a la nariz del paciente para ayudar a calmar las náuseas y los vómitos posteriores. Si bien los aceites esenciales son naturales, eso no significa que a menudo sean seguros de usar. Por lo tanto, la provisión de un programa profesional de aromaterapia en un hospital siempre priorizará la seguridad del paciente. Se necesitan especialistas entrenados en el uso de los óleos, que conozcan sus efectos adversos e interacciones con otros medicamentos.

Así, las herramientas de la medicina antigua vuelven como complemento de la medicina moderna, incentivando la unión de la sabiduría con la ciencia.

ÁREAS MÉDICAS QUE UTILIZAN ACEITES ESENCIALES EN LOS ESTADOS UNIDOS

  • Cuidados paliativos.
  • Áreas perioperatorias.
  • Unidades de trabajo de parto y posparto.
  • UTI Neonatal y Pediatría.
  • Servicios psiquiátricos o de adicciones.
  • Unidades de cuidados intensivos o departamentos de emergencia.
  • Rehabilitación cardiaca.
  • Centros del sueño.
  • Cuidado del cáncer.

Su capacidad de activar diferentes vías neuronales, sin desarrollar los efectos secundarios de las drogas sintéticas, convierten a los aceites esenciales en alternativas para el tratamiento de enfermedades mentales, como la depresión, la ansiedad y la demencia.