CACHO FALCÓN, de prendas al lienzo y del lienzo al cuerpo

El arte se podría describir como un reflejo de la creatividad o la percepción de la realidad y nos invita a iniciar una conversación. Para Cacho Falcón, es la manera más pura de expresar lo que siente. A su vez, el arte es personal, exhibido para ser interpretado. Te aseguro que en las famosas caras de Cacho, vos y yo vemos a una persona diferente, o tal vez nos imaginamos su historia. Hoy la cara que vemos es la del artista, quien sin filtros nos cuenta el camino hasta Anonymous, su más reciente exposición en una galería de Nueva York.

Por Kate Reichardt

Foto Mónica Matiauda

A más de 7000 km de distancia, iniciamos un meet virtual con Cacho Falcón, artista paraguayo que reside en Nueva York hace más de 20 años. Luego de unos minutos, me doy cuenta de que me encuentro con una persona que, aparte de ser talentosa, transmite humildad, sinceridad y empatía ante todo. Desde su departamento entre Williamsburg y Bellport, Cacho detalla sus inicios en el mundo del arte, su presente y a dónde apunta llegar.

“Me inicié en el mundo del arte por accidente. En una clase de diseño, tuve un proyecto con la consigna de hacer un autorretrato en cualquier médium. Yo opté por la indumentaria y fue así como presenté mi historia. Luego empecé a usar los jeans que había pintado y la gente me paraba por la calle para preguntarme dónde los había conseguido”, revela el artista.

Las obras de Cacho Falcón tienen un estilo único y muy marcado. Si ya estás familiarizado con alguna de sus creaciones y posteriormente visitás una galería o una residencia que exhibe una de sus obras, es imposible no reconocer las pinceladas del artista. “Mi estilo se definió muy pronto”, revela Cacho. “Los trazos y la manera de pintar que utilizaba en la indumentaria es lo que quedó. En estos 20 años surgieron nuevas ideas, pero el estilo prácticamente sigue siendo el mismo. En contrapartida, mi trabajo abstracto es bastante diferente”.

A la hora de crear, Cacho no busca transmitir algo específico. “Trato de incluir detalles importantes que conecten con una  historia en cada obra. Es como un diario. Me gusta la idea de volver a ellas y revivir ciertos momentos que tiendo a olvidarlos una vez trazados”.

Foto Megan Mack

DE ASUNCIÓN A NUEVA YORK

La decisión de mudarse de Asunción a Nueva York se debió a cómo el artista se sentía cuando visitaba la Gran Manzana. “Empecé vendiendo ropa pintada en las calles de Nueva York, luego tomaba un break, almorzaba generalmente en Novecento o Felix en Soho y después seguía”. Acto seguido, Cacho fue descubierto por un fotógrafo llamado Julian Le Ballister, que iba caminando por Soho. “Mi primer contacto en el mundo del arte se dio en las calles de Nueva York. Julian me consiguió mi primer trabajo con la marca Perry Ellis, luego un encargado de la agencia Wilhelmina me vio cortando remeras. Así la gente empezó a reconocerme de a poco. En ese momento decidí que era hora de mudarme”.

Al ser consultado si algún día piensa volver a Paraguay, Cacho confiesa que siempre vio a Nueva York como su lugar de residencia permanente. Aunque eso no ha cambiado, a medida que pasa el tiempo, el artista piensa cada vez más en su familia. “Luego de vivir afuera por tanto tiempo, uno se pierde de mucho. Sin embargo, también tengo familia acá. Por el momento, busco ir a Paraguay una o dos veces al año a pasar el tiempo con mi familia y mis amigos de toda la vida”.

Si Cacho tiene que elegir un momento que marcó un antes y un después en su carrera, sería su performance piece, titulada Let’s Face It, que realizó en la 57 Great Jones, en un espacio donde creó y vivió el artista Jean-Michel Basquiat en sus últimos años. “Este evento le dio más profundidad al trabajo. Pude combinar mi amor por la performance, la música y la pintura en una noche. Fue un switch importante en mi carrera, desde el punto creativo. No hay mejor satisfacción que el poder crear tu propio camino, aprendiendo y aceptando los retos necesarios para vivir esa libertad que muchos como artistas estamos buscando”.

FASHION & ART

Desde sus inicios, Cacho presenta una fuerte conexión con la moda. “Empecé con indumentaria y desarrollé interesantes colaboraciones con artistas, al igual que con marcas de ropa. Tuve mi propia colección para Guess by Marciano en el 2008 y también una serie de t-shirts que, de hecho, la remera Obamarama fue utilizada por uno de los personajes de la serie Girls, de HBO”, cuenta el creativo.

Las collabs entre el mundo fashion y el arte están más vigentes que nunca. Exitosas colecciones de Louis Vuitton x Takashi Murakami o de Dior x Kaws, por nombrar algunas, se robaron la atención durante sus respectivos fashion weeks. Al debatir con Cacho acerca de la posibilidad de lanzar alguna capsule collection, el creativo confiesa que está explorando nuevamente el trabajo con indumentaria. “Estoy volviendo a mis raíces, empecé con zapatos de vuelta. Me está interesando jugar más con eso y luego ver a dónde me lleva. Una capsule collection sería interesante, pero con una propuesta interesante”.

ANONYMOUS

Como soporte pictórico, Cacho experimentó con distintas superficies, iniciando con prendas, luego transicionó al lienzo, y su última fascinación, el cuerpo humano. Al conversar acerca de cómo se dio esta transición, el artista confiesa que su decisión de pintar sobre el cuerpo se basa en la intimidad y conexión que experimenta con sus sujetos. “Existe otro nivel de vulnerabilidad que conlleva ese acto de desnudarte, hace que la persona se abra más. Como que rompe el hielo y le da ese impulso extra necesario para revelar cosas íntimas, que son las que muchas veces nos frenan a vivir una vida más abierta”, explica.

“Es muy íntimo. Lo más difícil es contar una historia que tenés guardada hace mucho tiempo, por miedo a ser juzgado/a. El hecho de que estemos solos, yo pintando tu cuerpo desnudo, crea un cierto tipo de conexión que hace que la historia fluya de otra manera”.

Recientemente, Cacho presentó su serie Anonymous en el XX Venue, una galería que cuenta con un espacio de 1400m2, ubicada en el centro de Williamsburg, Brooklyn.

“Anonymous fue una manera de hablar acerca de la soledad, depresión y tratar de entender el porqué de estos sentimientos. En esta pandemia se intensificaron esas emociones y me pareció interesante buscar personajes que quieran hablar de ello”, describe el creativo.

En su búsqueda, Cacho publicó un anuncio en sus redes sociales para todo aquel que quisiera hablar de algo relacionado con esos temas. “Recibí una gran cantidad de e-mails. Mi asistente se sintió tan conmovida con las historias, que decidió contarme algo que lo tenía guardado por mucho tiempo”, revela Cacho. “El simple hecho de poder hablarlo con alguien les da ese sentimiento de comunidad, sabiendo que no son los únicos que se sienten así. Decidí formar parte de la exposición porque sentí que había algo de lo que quería hablar y lo hice durante una live performance, pintando sobre una fotografía mía completamente desnudo”.

Así, Cacho descubrió por primera vez lo que sus sujetos sienten luego de ser pintados. “Siempre hay un cambio. Era testigo de cómo ellos se convertían en una versión más completa de sí mismos y yo siempre me sentía como que estancado, hasta que hice esta performance. Era algo que necesitaba y no lo sabía”, expresa.

Foto Guillermo Fridmann

A lo que al espacio se refiere, Cacho quedó impresionado por la magnitud del lugar. “Al visitar la galería quedé preocupado porque sabía que lo tenía que hacer, pero no tenía idea de cómo lo haría en semejante lugar. Fue ahí cuando hablé con el fotógrafo Julian Le Ballister, le comenté sobre el proyecto y él se ofreció a tomar las fotos para enfocarme en lo mío, que es encontrar historias y pintar”.

“Decidimos hacer las fotos en el formato fuck you, como diría él, lo cual sería el wow factor de la exposición. Fuck you size llamamos a las fotos de 10 pies de altura y 7 pies de ancho. También expuse El Jardín de Estatuas Vivientes, compuesto por seis personajes completamente desnudos, que representaban cada una de esas historias en las fotografías. Ese jardín fue inspirado en el Statuary Hall, del Metropolitan Museum of Art de Nueva York”.

Al hacer la famosa pregunta de cuál es el siguiente paso para el artista, Cacho habla de la posibilidad de llevar Anonymous a diferentes ciudades, con el fin de tocar temas propios de cada locación. “Hay mucho de qué hablar, es importante conversar con la gente para entender un poco más cómo ayudar a cada comunidad. Dar luz a los que están siendo marginados por una sociedad, que muchas veces juzga sin tomarse el tiempo de entender un poco más del porqué del problema. Para tener una sociedad más empática, hay que tomarse el tiempo de escucharnos mutuamente”.