Hace más de 25 años, Cintya Poletti inició un camino que marcaría un antes y un después en el comercio de metales preciosos en Paraguay. En una íntima conversación, la directora creativa y alma de una de las joyerías y casas de lujo más importantes del país, nos cuenta acerca de sus inicios, batallas, logros y su joya más valiosa: la familia.
Por Kate Reichardt / Fotos Loli Ferrés
Las joyas son pequeños objetos que alojan grandes significados. Lo que en un principio representa un gesto o un momento, se convierte en historia, cultura y símbolo de amor. Así, Della Poletti se origina a partir de una idea, ante una necesidad de un público exigente —que buscaba lujo, garantía y exclusividad— y desde la vocación de Cintya Poletti, fundadora de la marca de alta joyería y relojería.
Cintya se destaca por su pasión por las joyas y el asesoramiento personalizado, creando piezas únicas y seleccionando joyas especiales; con su talento hasta se podría decir que crea una conexión entre la joya y una determinada persona. “Lo que más disfruto es la asesoría personal. Asistir al cliente, guiar y acompañar a las personas en momentos importantes de su vida, donde las joyas son el símbolo y la representación de enormes sentimientos, es posiblemente —junto al diseño, la selección de joyas y colecciones y la promoción de nuevos talentos nacionales— una de mis mayores pasiones y ocupaciones hoy en la joyería”, describe la propietaria.
UNA EMPRESA FAMILIAR
Los inicios de Cintya en el mundo de la joyería se dieron primero, ante una necesidad, y luego, por el descubrimiento inesperado de una oportunidad de mercado. “Empecé porque tenía un hijo pequeño de un año, el motor que me impulsó a buscar nuevos desafíos. Un amigo de mi padre me dio joyas sencillas para la venta, y mediante sus amistades, pude crear vínculos con nuevos clientes. Sin embargo, al poco tiempo percibí que la clientela de ese entonces buscaba joyas de mayor valor, piezas únicas y exclusivas. Esto me llevó prontamente a Italia, donde encontré una oferta totalmente diferente. Las joyas italianas son bellísimas y tienen un acabado distinto, al conocerlas, encontré también, el camino que hoy me trajo hasta aquí”, explica.
Hace 12 años, la marca se lanzó también al sector de relojería. “Empezamos con Technomarine, una marca que me encanta hasta hoy. Eran relojes de colores con precios accesibles y por primera vez un suizo mezclaba PVC o caucho con diamantes. Más adelante tuve la oportunidad de conocer a Rick De La Croix y empezamos a ofrecer Hublot, y luego Bvlgari, Zenith, Gucci, Tag Heuer, Chopard, entre otras”.
Una década después nació Isalú, una marca creada por Cintya y sus hijas Isabella y Luciana. “Isalú tiene el mismo nivel de terminación que Della Poletti, pero con diferenciales claves de costos más bajos y diseño de tendencia, más juvenil”, detalla la empresaria, añadiendo que la marca se ganó un lugar en el mercado local con sus coloridos e innovadores diseños. Así también, los dos hijos varones de Cintya se encargan hoy en día de la administración de la joyería, haciendo de esta una verdadera empresa familiar.
Della Poletti también cuenta con sus marcas de lujo para el hogar, que parten de la línea llamada Collezione, con importantes propuestas como Lalique y Baccarat.
Cintya sostiene que su especialidad es y siempre será la alta joyería. “El paraguayo está cada vez más exigente, pues tiene más conocimientos sobre metales y piedras. La mayoría de nuestras piezas están certificadas, tienen la garantía y el respaldo de las marcas de lujo detrás nuestro”, describe Cintya. Al conversar acerca de cómo lucir piezas de alta joyería, enfatiza que la mujer paraguaya es una referente para el mundo entero. “La mujer paraguaya fue y siempre será de gran inspiración para mí. En el pasado realizamos hermosas campañas protagonizadas por figuras como Tere Codas y Antonella Volpe”.
Así la marca se fue desarrollando en el país, y a su vez, fue creando lazos con grandes casas internacionales de diseño, como Chopard, Bvlgari, Gucci, Palmiero y Gavello. El primer italiano con quien trabajó fue Leo Pizzo y su joyería se encuentra hoy en la galería Vittorio Emanuele de Milán. Con el tiempo y un trabajo sostenido, Della Poletti obtuvo la representación de otras marcas mundialmente reconocidas, como Rolex, Hublot, TAG Heuer, Longines y Hermès. “Sin embargo, nunca me aburguesé. El trabajo lo sigo haciendo hasta hoy en día, siempre en movimiento y en la búsqueda de la innovación constante”, revela Cintya.
“Aquí estoy pero no me voy a quedar acá. Siempre hay que buscar algo nuevo. Trabajando todos los días se puede legar y lo digo desde el lugar de una mujer que empezó de cero.»
100 AÑOS DE ROLEX
El hito más importante de su vida profesional fue una reunión en Suiza, donde Rolex le otorgó la representación de la marca a nivel país por 100 años. “Me comunicaron que había sido estudiada por cinco años y que fui designada para representar a la marca de manera exclusiva en Paraguay. Recibimos el enorme desafío en familia y lo sostenemos día a día con muchísimo orgullo y profesionalismo, junto a un gran equipo humano que nos acompaña, porque entendemos que es también un hito para el desarrollo del rubro en el país”, relata la empresaria.
Hoy, Della Poletti cuenta con dos tiendas físicas, su flagship store se encuentra en el Paseo Via Allegra y la segunda en el Shopping del Sol, además de la tienda online www.dellapoletti.com.
Asimismo, Cintya es representante de la marca Tous en Paraguay, que posee una tienda propia en el Shopping del Sol.
MECENAS DE LA JOYERÍA LOCAL
Durante el periodo del Renacimiento, el mecenazgo era un tipo de patrocinio que se otorgaba a artistas, literatos o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra. En este contexto, Cintya recibe a varias emprendedoras y marcas locales de joyería y accesorios en Della Poletti.
“Antes que nada, me considero una promotora del arte. Creo que diseñadoras como Antonella Scavone y Cecilia Robinson, así como las marcas nacionales Lahti y Zaldívar, son sumamente creativas. ¿Por qué no darle un espacio a gente joven e ingeniosa? Abrir una tienda demanda muchos gastos y si la industria crece, crecemos todos. La joyería es arte, y el arte debe ser colaborativo. Así lo concibo yo y hoy tengo la oportunidad de hacer lo que me hubiera gustado que hicieran conmigo en mis comienzos”.
“Cuando empecé, no imaginé llegar hasta aquí. Pero visualicé muchas veces el futuro y confié en Dios y en el proceso. Planificar es importante y contar con un equipo humano que trabaje en pos de los objetivos también.»
EL ARTE Y LA COCINA
En esta oportunidad, Cintya abre las puertas de su casa y nos recibe para disfrutar de un día colmado de arte, diseño, moda, y por supuesto, gastronomía. Las paredes de la casa de Cintya rebosan de interesantes obras de artistas nacionales e internacionales, como Miguel Heyn y Enrique Collar, sus pintores favoritos.
Para la empresaria y multifacética mujer, otra de sus pasiones es la gastronomía. “Si unimos todos los puntos, la cocina también es un arte, así como la joyería. A mí me enseñaron a cocinar mi mamá y mi tía Graciela, hermana de mi suegro. Aprendí mucho de gastronomía en mis viajes a Italia, donde los moradores nunca tuvieron reparos en contarme sus secretos”, relata.
“Lo más importante es la familia y la realidad es que cuando hay buena comida, se logra esa reunión, que es, sinceramente, la mayor felicidad de mi marido y mía”.
Al ser cuestionada acerca de qué le depara el futuro tanto personal como profesional, Cintya nos adelanta que tiene una sorpresa que revelará próximamente. “Se viene algo que me pone muy contenta, tiene que ver con el arte, pero quiero comunicarlo cuando todas las piezas estén en su lugar”.
“Aquí estoy pero no me voy a quedar acá. Siempre hay que buscar algo nuevo. La felicidad está en saber valorar lo que tenés, en decidir ser feliz todos los días, más allá del contexto.
Ponerse metas a corto plazo, pasito a pasito. Trabajando todos los días se puede llegar y lo digo desde el lugar de una mujer que empezó de cero”.
El consejo de Cintya como una exitosa empresaria es jugarse por lo que uno quiere. “Yo le diría a cada paraguayo, a cada persona que quiera crear su propia empresa, que hay que animarse. Cuando empecé, no imaginé llegar hasta acá. Pero visualicé muchas veces el futuro y confié en Dios y en el proceso. Planificar es importante y contar con un equipo humano que trabaje en pos de los objetivos también”, finaliza.
Sin lugar a dudas, Cintya Poletti es un ejemplo de visión y tenacidad. Una mujer fuerte y decidida, que no tuvo miedo ni excusas para luchar por lo que quiso. Empezó con un par de joyas, visitando casa por casa, hasta montar un imperio de joyería local con la representación de las marcas más prestigiosas del mundo. Todo esto sin descuidar a su familia, sino todo lo contrario, impulsó a que sus hijos se formen en una de las mejores universidades de Europa e inculcó el valor del trabajo y la importancia de pasar tiempo en familia y de calidad con los suyos. Al final, para Cintya, la felicidad, lejos del lujo, pasa por las pequeñas grandes cosas de la vida.