COSTA VASCA FRANCESA

Hay destinos que quedan para siempre impregnados en la memoria, y aquel verano del 2018 tuve la oportunidad de visitar una de las regiones más encantadoras del corazón de Europa, escondida entre el suroeste de Francia y la parte más septentrional del País Vasco norte. Fronterizos con España y vecinos de San Sebastián, llegan estos pueblitos a sorprenderte con lo mejor de Francia.

Por Srita Mendez – Fotos Gentileza

 

Saint-Jean-de-Luz
Conocido como la joya oculta del País Vasco francés, este pueblo costero —de los tres, el más pequeño— cuenta con ventanitas de colores, casitas pintorescas y una playa/bahía que conecta a cada pueblito, llamada la Grande Plage. En verano, es común cruzarse con surfstas paseándose por ahí o por el jardín botánico, que posee una riqueza botánica excepcional. El mar que une a los pueblos es el Cantábrico. Sin dudas, para mí, de los sitios más bellos de Francia.
El lugar tiene una onda muy particular en verano, con un ambiente sacado de una película. A la noche, los jóvenes se juntan en la zona gastronómica, reconocida por contar con abundantes restaurantes Michelin.

Biarritz
Una fiel representación de la Belle Époque, Biarritz es, en mi opinión, el pueblo más importante y resaltante de la zona, a lo que a arquitectura y ofertas de turismo se refiere. Es en Place Georges Clemenceau donde se encuentran los comercios, las famosas Galerías Lafayette y las terrazas de los cafés, donde el tiempo parece no pasar nunca.

Fue de los primeros lugares donde practiqué surf con aquellos amores de verano. Realmente se siente que el tiempo se detiene, todo es tan pintoresco que parece irreal.

Bayona
Por último, dentro de tu paso por el País Vasco francés, no podés perderte de esta importante localidad, probablemente la más conocida.
Se caracteriza por la fusión de arquitectura vasca y francesa y se destaca por ofrecer vistosos paseos entre los canales de los ríos Adur y Nive. Disfrutar de una linda cena en el centro es un must.
De la amplia costa vasca, considero estos tres pueblos los que no podés dejar de visitar, ya que son bastante diferentes uno del otro, cada uno destacándose por un encanto proprio. Aconsejo hospedarse en Biarritz y realizar visitas diarias a cada uno de ellos. No rentaría auto, ya que encontrar estacionamiento es complicado y todo es angosto y sinuoso; además, estos lugares son ideales para disfrutarse al paso.
¡Anímate a descubrir estas joyitas francesas conocidas por pocos!