El estrés en los hombres

Hoy en día la mayoría de los adultos, tanto hombres como mujeres, experimentamos en algún momento situaciones que llevan a sentirnos estresados. Pero ¿nos afecta a todos por igual?

Por Balanzen Fotos gentileza

La respuesta es no. El estrés es un mecanismo natural del cuerpo, que se activa desde lo más primitivo del ser humano frente a la presencia de algún peligro o en una situación de alerta. En pequeños episodios, el estrés puede ser positivo, pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede transformarse en un sentimiento de tensión física o emocional constante que nos hace sentir frustrados, furiosos o nerviosos. Estas emociones afectan de manera diferente al hombre y a la mujer; de hecho, es más complicado el estrés masculino que el femenino por cuestiones hormonales y de mentalidad.

“Los hombres son más sensibles a la adrenalina que las mujeres, e incluso, un desequilibrio hace que no tengan los recursos necesarios para combatir el enojo y cambios repentinos de humor, generando emociones desbordadas, excesiva sensibilidad a las dificultades, miedo y ansiedad”.

¿En qué se diferencia el estrés masculino?

Son más de treinta hormonas las que controlan las funciones de nuestro cuerpo. Las hormonas son nuestros mensajeros químicos, son generadas por distintas glándulas repartidas por el cuerpo y viajan hasta sus objetivos a través de la sangre para darle la información a nuestros órganos. La hormona masculina más importante es la testosterona, y es la encargada de tareas muy importantes en el cuerpo masculino, como mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, proteger el sistema cardiovascular, ayudar al desarrollo de la masa muscular y a la disminución de la grasa corporal. Es fundamental en el desarrollo de la salud reproductiva, protege al cerebro y a los nervios.

¿Se imaginan qué pasaría si estas hormonas se alteraran bajo altos niveles de estrés?

Lo que ocurre es que la máquina comienza a operar mal y las hormonas mensajeras empiezan a llevar mensajes equivocados, que repercuten tanto en lo físico como en lo emocional.

Bajo estado de alerta y peligro constante, nuestro cuerpo dispara adrenalina de manera desproporcionada. Los hombres son más sensibles a la adrenalina que las mujeres, e incluso, este desequilibrio hace que no tengan los recursos necesarios para combatir el enojo y los cambios repentinos de humor, generando emociones desbordadas, excesiva sensibilidad a las dificultades, miedo y ansiedad, lo que provoca una sensación de inutilidad, a partir de la cual el hombre suele aislarse.

La testosterona es la hormona masculina principal y sus niveles bajos pueden tener consecuencias físicas o emocionales. Desde lo físico, puede generar aumento de grasa corporal, disminución de masa muscular, debilidad en los huesos, falta de deseo sexual, dificultades para conseguir una erección, e incluso puede bajar la producción de espermatozoides.

Todos estos aspectos que solemos relacionar con lo físico, lógicamente tienen también un impacto emocional fuerte, ya que el bajo nivel de testosterona ataca los puntos principales por los que el hombre se siente bien consigo mismo, y esto puede acarrear problemas de relaciones sociales o de pareja, lo que podría llevar en el peor de los casos a una depresión. Por eso es tan importante conocernos, escucharnos y, por sobre todo, ante la primera llamada de atención, actuar. ¿Cómo? Te dejamos una guía corta de acciones, dejando atrás tus prejuicios y priorizando tu salud:

  1. Consultar con profesionales. Este es el primer paso para saber realmente en qué situación se encuentra tu cuerpo. Puede que necesites tomar suplementos o consultar con un especialista endocrinólogo.
  2. Hacer ejercicios o alguna actividad física. Te recomendamos principalmente ejercicios de fuerza (musculación), que ayudan a mantener tus niveles de testosterona, además contribuyen a liberar tensiones, despejar la mente y generar endorfinas.
  3. Incorporar las sentadillas en tu entrenamiento. Es un ejercicio que no suelen hacer los hombres, pero lo que no saben es que es buenísimo para generar testosterona.
  4. Calmar la mente. Intentá tener momentos a solas para bajar las presiones diarias o semanales. Animate a probar el yoga o meditación.
  5. Bajar la ingesta de cafeína. Limitá tu cantidad de cafeína diaria para no acelerar de más tu cuerpo.
  6. Compartir tiempo con niños. Pueden ser tus hijos o sobrinos. Los niños nos ayudan a dejar las preocupaciones de lado, reír y liberar oxitocina, un químico cerebral que promueve un estado de ánimo positivo.
  7. Tomar nota de lo que te preocupa. Bajar a papel lo que te ocupa espacio en la cabeza; ello te aportará claridad y es también el primer paso para armar un plan.

En conclusión, seguramente te tocará experimentar estrés en alguna etapa de tu vida, ya sea por el trabajo, proyectos, la pérdida de un ser querido o la sumatoria de muchas cosas. Lo importante es poder identificar ese momento, detectar los síntomas y actuar con conciencia para prevenir que el estrés avance dominando tu cuerpo, tus emociones y tus relaciones.