El movimiento es fundamental para mantenernos saludables, tanto física como mentalmente. No solo nos ayuda a estar en forma, sino que también tiene un impacto enorme en nuestro bienestar emocional y en la prevención de enfermedades relacionadas al corazón, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Además, fortalece el sistema inmunológico y reduce la infamación, factores claves para evitar enfermedades crónicas.
Por la Dra Bianca Parra Roig Fotos Gentileza
Moverse también es esencial para la mente. Hacer ejercicio regularmente puede reducir el riesgo de depresión y ansiedad. Según un estudio de JAMA Psychiatry, las personas activas tienen 26% menos probabilidades de padecer una depresión, porque al ejercitarse, nuestro cuerpo libera endorfinas, esas hormonas que nos hacen sentir bien y reducen el estrés.
FASCIA, EL TEJIDO CONECTIVO QUE REVOLUCIONA LA SALUD
La fascia es una red de tejido conectivo que envuelve y conecta todo en nuestro cuerpo, músculos, huesos, nervios y vasos sanguíneos.
Es como una telaraña que nos mantiene unidos y permite que nuestros músculos se muevan con libertad. Si la fascia está en buen estado, nos movemos mejor y con menos dolor.
Cuando no nos movemos lo suficiente, nos lesionamos o estamos estresados, la fascia puede volverse rígida y pegajosa. Esto puede limitar nuestros movimientos y causar dolor. Por eso, mantener la fascia saludable es crucial para sentirnos bien y movernos sin problemas.
En cuanto a tipos de movimientos, el yoga restaurativo y el yin yoga son prácticas efectivas para la salud de la fascia. Estas formas de yoga se enfocan en mantener posturas por periodos prolongados, lo que ayuda a liberar la tensión y mejorar la flexibilidad de la misma.
Estudios han demostrado que el yoga restaurativo puede reducir significativamente el estrés y el dolor crónico, permitiendo que la fascia se estire y se hidrate, mejorando la circulación y la flexibilidad, razón por la que se está utilizando cada vez más como terapia, tanto en hospitales como en centros de bienestar integral.
La fascia está compuesta principalmente de colágeno y una sustancia gelatinosa que contiene mucha agua. La ciencia nos dice que la misma responde muy bien a la hidratación y al movimiento. Un estudio en el Journal of Bodywork and Movement Therapies demostró que moverse regularmente y de manera suave puede mantener la fascia hidratada, lo que mejora la flexibilidad y reduce el dolor. Además, técnicas como el masaje miofascial y el estiramiento pueden ayudar a liberar las tensiones y mantener la fascia en buena forma.
CONSEJOS PARA UNA MANTENER UNA FASCIA SALUDABLE
- Hidratarse: tomar al menos 8 vasos de agua al día. Esto puede variar según la actividad y necesidades personales, pero es un buen punto de partida.
- Moverse regularmente: actividades de bajo impacto como caminar, nadar o hacer yoga son excelentes para mantener la fascia flexible. Incorporar movimientos suaves y variados en la rutina diaria para promover la circulación.
- Estirar y trabajar la flexibilidad: especialmente estiramientos dinámicos y el yoga pueden mantener la fascia flexible. Los movimientos amplios y fluidos son muy beneficiosos.
- Liberación miofascial: técnicas como el foam rolling o el masaje profundo pueden liberar tensiones en la fascia, mejorar la circulación y reducir el dolor. Se puede hacer esto con un profesional o usar herramientas en casa.
Aunque parezca algo redundante y muy simple, adoptar estos hábitos puede transformar nuestra calidad de vida, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas. No deberíamos esperar hasta sentirnos mal para empezar a invertir en nuestra salud. Además, proporciona energía, movilidad y una mayor resiliencia frente al estrés y tensiones diarias, contribuyendo así a una vida más plena y saludable.
Dra. Bianca Parra Roig – Especialista en Medicina Cuerpo-Mente y Medicina del Estrés
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