Elsa Schiaparelli

La diseñadora italiana Elsa Schiaparelli se convirtió en una de las prominentes figuras del mundo de la moda a inicios del siglo XX. Para Elsa, el diseño de indumentaria significó un campo de experimentación artística donde creaba junto a sus amigos cercanos, como Salvador Dalí y Man Ray.

Por Valeria Gallarini Sienra / Fotos gentileza

Schiaparelli nació en la ciudad de Roma en 1890. Estudió filosofía y de joven disfrutaba de escribir poemas en su tiempo libre. A los 21 años publicó poemas eróticos, hecho que llevó a sus conservadores padres a internarla en un convento suizo.

Proveniente de una familia aristocrática, Elsa llevaba una vida refinada y cosmopolita. Su carácter fuerte y testarudo la llevó a protagonizar una huelga de hambre prolongada, que obligó a las monjas a dejarla salir del convento. Allí fue que Elsa decidió ir a Londres, donde al arribar trabajó como niñera.

En Londres asistió a una charla dictada por el conde Wilhelm Wendt de Kerlor, de quien se enamoró profundamente. El sentimiento fue mutuo y la pareja se casó en 1924. Elsa y el conde Wilhelm se establecieron brevemente en Niza, Francia; posteriormente vivieron en París, Cannes, Montecarlo y finalmente se mudaron a Nueva York en 1916.

LA COLABORACIÓN CON EL PINTOR SURREALISTA SALVADOR DALÍ LA CATAPULTÓ A LA FAMA Y LA LLEVÓ A EXPERIMENTAR CON DISEÑOS MÁS DISRUPTIVOS.

INCURSIÓN EN EL SURREALISMO

Durante este periodo de travesías, Elsa se hace muy amiga de Gabrielle Picabia, esposa del pintor dadaísta Francis Picabia. A través de esta amistad, nació su interés hacia el dadaísmo y el surrealismo, corrientes artísticas claves en el desarrollo de sus futuros diseños.

En 1922 regresa a París, donde abre las puertas de su atelier. Elsa Schiaparelli se convirtió en la primera diseñadora en incluir un cierre en un vestido de alta costura, creó el vestido cruzado o wrap dress e inventó la tela estampada de periódico, un print que hasta hoy en día sigue siendo utilizado por diseñadores.

Schiaparelli lanzó una línea de sombreros en 1934, considerados por el público como verdaderas esculturas surrealistas, que rozaban a veces lo absurdo con formas de langostas o teléfonos; sin embargo, hoy en día son considerados icónicos.

En 1934 la revista Time describió a la diseñadora como “la referente de la alta costura ultramoderna”. El año siguiente, Elsa inició una larga amistad y colaboración con el pintor surrealista Salvador Dalí, diseñando en conjunto el frasco de perfume del pintor con forma de dial telefónico, luego colaboraron para dar vida a un vestido con una langosta pintada por Salvador Dalí que vistió Wallis Simpson, la duquesa de Windsor, en su luna de miel.

Una de sus colecciones más memorables fue la del año 1939. Las prendas fueron bordadas con espejos en los senos. Esta ubicación estratégica simbolizaba la confrontación del hombre lascivo consigo mismo, quien al mirar los senos de la mujer que lo llevaba, se reflejaba su propia imagen. La creación de estas prendas podría ser considerada como una acción feminista, pues criticaba la objetificación de las mujeres por la sociedad.

Elsa era tan creativa que hasta llegó a dar vida a un color al cual llamó shocking pink, el cual se convirtió en su insignia. Era una tonalidad muy fuerte de fucsia que impregnaba todas sus etiquetas bordadas.

LA HISTORIA CONTINÚA

Tras la Segunda Guerra Mundial se inicia el lento declive de la Maison Schiaparelli, la cual cierra definitivamente sus puertas en diciembre de 1954. Sin embargo, en el 2012 su marca es comprada por inversores y vuelve a abrir sus puertas en su misma dirección original de Place Vendôme. Hoy Schiaparelli es una marca muy cotizada en el ámbito de la alta costura parisina. Frente a la dirección creativa de la marca se encuentra el diseñador Daniel Roseberry.

Elsa Schiaparelli, como diseñadora y artista, desarrolló un estilo revolucionario que inspiró y sigue inspirando hasta hoy en día a nuevos diseñadores. Gracias a ella, las ideas, los diseños controvertidos y las colaboraciones con artistas ingresaron a lo grande en el mundo de la moda. Sus colaboraciones de arte fueron verdaderas obras colaborativas que representaban a una visión creativa compartida entre artistas y amigos.