Joyería Armele trajo al Paraguay la representación exclusiva de Brumani, joyas de lujo; cuyo lanzamiento dio el marco ideal para que el diseñador Javier Saiach se reúna con su musa, la actriz argentina Juana Viale. Aprovechamos este encuentro extraordinario para charlar con estos artistas.
Por Gisselle Jara | Fotos Víctor Candia
El 30 de octubre pasado, la suite del cuarto piso de la Factoría Hotel hospedaba a una de las grandes actrices contemporáneas que tiene nuestro vecino país. Adentro, la luz estival que ingresaba por los ventanales llenaba de una claridad áurea la habitación de Juana Viale —¡sí!, la misma que encarnó a Edha, la protagonista de la primera serie argentina en Netflix, y a otros tantos personajes inolvidables de ficciones como Costumbres argentinas, Estocolmo o Malparida—.
Allí estaba ella, hermosa y relajada ante nosotros. “Es mi primera vez en Asunción, llegué temprano y no pude recorrer mucho, pero estoy alucinada con el verde de la ciudad, ¡con los mangos!”, reveló, mientras las brochas del maquillador dejaban su piel aterciopelada.
De golpe, la entrevista fue irrumpida por la llegada de Javier Saiach, que trajo consigo las prendas de su creación que usaría su musa. “Fue amor a primera vista”, dijo Juana refiriéndose al diseñador. “Es muy fácil trabajar con Javi, él conoce mi cuerpo, mis medidas y lo que me gusta. Me conoce demasiado. Es un artista, tiene la libertad de hacer lo que quiera. Tengo años en este oficio y sé cuando alguien tiene esa pasta”.
Si bien la actriz lleva una fructífera carrera como intérprete, con esa que cuando era pequeña quería estudiar Biología Marina. Así, desde esa pasión se introdujo al mundo del surf. “Me gusta mucho la naturaleza y en el agua encuentro paz. Hay tanta vida, que ahí me siento libre. Hay una frase que dice: ‘La cura para todo siempre es el agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar’”.
En cuanto a las causas que le tocan el corazón, Viale declara su sensibilidad hacia el medioambiente. “Estoy elaborando, con un amigo, un proyecto independiente, una página en redes sociales sobre denuncias ambientales. Soy vegetariana, tengo una huerta en mi casa y llevo una vida bastante ecológica. Me falta un montón, pero por ahí voy”, concluyó, antes de dar inicio a la sesión de fotos con los diseños de Saiach y las joyas Brumani.
“Uso mucho bloqueador solar, nunca tomo sol y trato de usar sombrero. Cuando estoy en el agua estoy expuesta, pero siempre con protección. Es super importante hidratarse la piel, ir al dermatólogo, tomar mucha agua, limpiarse la cara y comer sano”.
Javier Saiach: Introspectivo
“Cuando era pequeño siempre esperé con ansias a los Reyes… Eran los encargados de cerrar estas oleadas de estas llenas de emoción, familia y expectativas de todo niño ilusionado. Siempre pedía juguetes, y que algún u otro sueño imposible se realizara; entonces, gracias Melchor, Gaspar y Baltasar porque anoche cumplí uno: estar en esa famosa escalinata de Mar del Plata Moda Show y no solo participar, sino ser el diseñador encargado de cerrar el evento…”, con estas palabras, el 6 de enero del 2015, Javier Saiach resumía en su perfil de Facebook la realización de sus sueños.
Quizás no podamos plasmar toda su carrera en esta entrevista, tampoco sus tropiezos y aciertos, ya que su vida es un libro abierto que sigue escribiéndose. Aun así, ahondamos en su infancia, en su vida de estudiante y, finalmente, en aquello que lo llevó a convertirse en el gran diseñador que hoy es.
“Tuve una infancia maravillosa en mi Corrientes natal, dura por momentos. Mi mamá es una persona extraordinaria de quien adquirí todos los secretos de la alta costura. Siempre fue muy sociable, una mujer atractiva que sin darse cuenta me enseñó a conjugar los colores de otra forma, en una sociedad muy clásica, donde el rosa era dictatorial o la mezcla del marrón con el azul era impensable”, narró Javier con una mirada que por momentos se volvía más brillante de la emoción.
“Si me preguntás a qué periodo de mi vida iría, te diría a hoy: estoy cada vez más feliz, aprovecho los momentos, estoy pleno a mis 45. Amé mi infancia, a pesar de haber tenido muchos golpes. Fui un niño inmensamente feliz. Criado desde la fe, un pilar que nunca me abandonó y desde el cual siempre me sostuve”.
El origen
Las expresiones artísticas siempre convivieron en Saiach, las que se dilucidaban en las artes plásticas. “En Corrientes estudié dos años Arquitectura; luego, me decidí a seguir la carrera en Asunción. Mi primer proyecto consistió en la decoración del Shopping del Sol para Navidad. Después emprendí un negocio de venta de artículos navideños. Tras vender la tienda, me dediqué a intervenir vidrieras para Hering, Calvin Klein y Dior, todas ganaron reconocimientos. Para Givenchy organicé un evento que resultó el mejor de Sudamérica, compitiendo con 15 países”.
Sin embargo, el punto decisivo de su carrera fue cuando le tocó desarrollar una colección para la marca Maestro. “Creé toda una línea de jeans, pintados a mano y bordados en pedrería. Esa noche se vendieron 16 de los 45 que había creado. Recuerdo que la gente preguntaba de qué parte de Nueva York era el nuevo diseñador. A partir de ahí nunca más paré”, detalló.
El inicio de su carrera como diseñador está contextualizado en una época en la que aún no existía la alta costura en Paraguay, en el sentido estricto de la palabra, ya que sí existía la figura de la modista, a las que uno podía llevar un modelo a imitar. “Un día le dije a mi mamá que quería dedicarme a esto, ella me dijo: ‘¿Cómo que querés ser diseñador?, ¿quién te va a pagar por dibujar?”, relató con una sonrisa pícara, al tiempo que recordó que su primer vestido lo vendió por 58 dólares.
Así comenzó su camino en este nuevo mundo. “Ahorraba, me decía que algún día tendría lo suficiente como para armar una colección exclusiva. Así, pasaron 18 años de vida y acá estoy, cada día más feliz”. Lentamente y con convicción fue perfeccionando técnicas hasta consolidar un estilo propio.
La cultura de lujo
Para Javier la cultura de la ropa trash está llegando a su fin. Y para la mujer de hoy, la alta costura no es una necesidad, es un lujo. “El lujo es tener a alguien que te asista, que te haga brillar, convirtiéndote en la mejor versión, tanto en estética como en la confección de una prenda”.
“Somos una firma que no cosemos a todo el mundo, protegemos nuestra identidad y la de nuestras clientas. Creemos que un accesorio, un peinado, un maquillaje puede estropear el total look”.
Desde hace cuatro años, los vestidos de Javier son electos como los preferidos del público en los premios Martín Fierro. En el 2014, Mariana Fabbiani inmortalizó su look by Javier Saiach, con el que fue elegida como la mejor vestida de la noche, lo cual de nitivamente marcó un antes y un después en la vida profesional del diseñador, perpetuando su fama internacional. Otro hito en su carrera se dio en el 2016, cuando el vestido de Fabbiani, con el distintivo águila bordado con hilos de seda natural, fue elegido como el mejor de los últimos diez años de esos mismos premios.
Y entre las celebridades que visten un Saiach podemos mencionar a Susana Giménez, Mirtha Legrand, Juana Viale, Valeria Mazza, Pampita, Zaira Nara, Paula Cháves, Paloma Herrera, Celeste Cid, entre otras.
Por último, Javier nos adelantó que tiene ofertas para llevar su marca a tiendas de Europa y Estados Unidos. Y como es un creativo incansable, nos confesó que otro gran sueño por cumplir sería llegar con sus creaciones a todas las alfombras rojas del mundo.
Fotografía: @vichicandia
Producción: @valegallarini
Asistente de producción: @aquinoelv
Make-up y peinado: @arturobavera para @kryolan_paraguay
Prendas: @jasaiach Joyas: @joyeria_armele Locación: @factoriahotelpy
Coordinación General: @rociobaezpy