En el corazón de Madrid, donde la elegancia del barrio de Salamanca se encuentra con un estilo de vida exquisito, se alza una joya que redefine el lujo contemporáneo: Rosewood Villa Magna. Para los viajeros latinoamericanos que buscan en la capital española un refugio con carácter, alma y sofisticación, este hotel es mucho más que un lugar para dormir: es un estilo de vida. Un lugar lejos de casa, donde cada rincón cuenta una historia y cada experiencia despierta los sentidos.
Por Kate Reichardt
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Ubicado sobre el majestuoso Paseo de la Castellana —una de las avenidas más aristocráticas de Europa—, el Rosewood Villa Magna encarna una visión moderna de las clásicas residencias palaciegas madrileñas. Desde su acceso, concebido como el recibidor de una casa señorial, hasta sus jardines con esculturas y encanto, el hotel cultiva una atmósfera íntima y acogedora que conquista a quienes valoran el detalle, la belleza y el servicio impecable.
Lo que lo hace único no es solo su arquitectura renovada con maestría, ni sus 154 habitaciones y suites llenas de luz natural y elegancia sofisticada, sino también su conexión con el arte, la gastronomía y el alma de Madrid. Con más de 380 obras distribuidas por sus espacios —incluyendo nombres como Manolo Valdés o Fares Micue—, el hotel se convierte en una galería viva donde la cultura acompaña cada experiencia.
La más alta cocina
Para los amantes de la gastronomía, Rosewood Villa Magna es un destino en sí mismo. Desde la vibrante brasserie Las Brasas de Castellana hasta la propuesta del chef triestrellado Jesús Sánchez en Amós, donde se celebra la esencia del norte de España, la experiencia culinaria es insuperable.
Para el paladar dulce, Flor y Nata rinde homenaje a la pastelería tradicional con un toque contemporáneo, ideal para un afternoon tea frente a la chimenea. Todo se acompaña con una cuidada selección de vinos o un vermú en Tarde.O, el bar que recupera la tradición castiza con un aire internacional. La atmósfera acogedora en cada rincón convierte a la gastronomía del Villa Magna en un verdadero viaje sensorial.
Un hogar lejos de casa
Rosewood Villa Magna tiene una cualidad difícil de describir: la capacidad de hacer sentir en casa. Familias, niños y mascotas circulan con naturalidad, disfrutando del espacio sin protocolos rígidos. No es un hotel de paso, sino un lugar para quedarse, celebrar y explorar.
Una suite como la Royal Anglada House, con gimnasio privado, sauna y vistas espectaculares, se transforma en epicentro de una experiencia inolvidable. El arte de recibir se eleva a lo familiar: un servicio cercano, cálido y atento, pero nunca invasivo.
Madrid se ha consolidado como punto de encuentro europeo por excelencia para los viajeros latinoamericanos, y el Rosewood Villa Magna, con su filosofía Sense of Place, es la puerta ideal para descubrir la ciudad. Ya sea para una escapada cultural, una experiencia gastronómica de alto vuelo o simplemente para regalarse el placer de estar, este santuario urbano demuestra que el verdadero lujo está en los pequeños gestos, en la autenticidad y en el disfrute.