Kim Jones: Maestro de la moda masculina

Con su estilo urbano y sporty, supo cómo modernizar las colecciones masculinas de casas de moda centenarias, interpretando a la perfección lo que el hombre de hoy quiere y necesita, y redefiniendo el concepto del lujo. En esta nota, lo que hay que saber sobre el actual director creativo de la división para hombres de Dior.

Por Gina Gaona | Fotos Gentileza

Através de la historia, el Reino Unido fue cuna de verdaderos genios de la moda, que uno tras otro, se fueron catapultando como íconos mundiales. Vivienne Westwood, Paul smith, stella McCartney, Alexander McQueen, Christopher Bailey, John Galliano… podemos enumerar a muchos más. Y Kim Jones es uno de los diseñadores que en los últimos años han escrito su nombre en mayúsculas en esta lista, gracias a su talento y originalidad.

A Jones, lo distingue su capacidad de dotar de aire fresco y darle su toque personal a las emblemáticas firmas para las que trabaja, renovándolas sin perder en el camino la esencia de estas ni lo que representan. Además, tiene una gran habilidad de captar el espíritu de cada época.

Con frecuencia, el trabajo creativo está fuertemente vinculado con la historia personal de quien lo lleva a cabo y esta no es la excepción. A causa de la profesión de hidrogeólogo de su papá, creció recorriendo el mundo, nutriéndose de diferentes culturas, lo que constantemente se ve reflejado en sus colecciones. “Criarte en África, convivir con lagartos, serpientes y elefantes o que te persigan los babuinos, es algo que nunca se olvida”, dijo a The New York Times hace unos años.

Se formó en la prestigiosa escuela londinense de arte y diseño Central Saint Martins, y sus primeros pasos ya fueron prometedores. Siendo tan solo un estudiante, Kim logró llamar la atención de John Galliano, quien compró gran parte de la colección que diseñó para su graduación. “Fue todo un acontecimiento, supongo, pero por entonces no me di cuenta. Solo estaba enfadado porque quería quedarme con una de las chaquetas que se llevó; fue muy difícil de hacer y me fastidiaba no conservarla”, manifestó Jones a The Guardian.

Visionario e influyente, Kim realmente sabe cómo marcar tendencia. En algunas ocasiones, elementos de sus trabajos anteriores aparecieron en colecciones de otras marcas; lo cual, el diseñador toma como un halago.

En el 2006 y el 2009, Jones fue reconocido como diseñador de moda masculina del año por el British Fashion Council.

A la conquista de la industria

Su talento comenzó a desplegarse en Londres, su ciudad natal y una de las principales capitales de la moda masculina. Colección tras colección, fue capaz de constituirse en una autoridad en materia de ropa casual para hombres.

Debutó en el London Fashion Week en el 2003 con su marca homónima, la que ya dejaba notar la inclinación por una estética urbana. Seis años más tarde, dejó a un lado el proyecto para hacerse cargo de la dirección creativa de la marca británica de lujo Dunhill, posición que ocupó durante tres años.

En el 2011, Louis Vuitton le ofreció la dirección artística de su línea para hombres, desde la cual fue capaz de cerrar la brecha entre el lujo del emblema y la impronta deportiva y más relajada de la moda masculina actual. Tras siete años de exitosa colaboración, se despidió una vez presentada su última colección. “Su capacidad para marcar tendencias es impecable, y su talento y determinación han asegurado una posición sólida de Louis Vuitton como firma líder en la moda masculina de hoy”, expresó Michael Burke, presidente de la casa, en el comunicado de prensa en el que anunciaba la partida del diseñador.

Luego de dejar Vuitton, se tomó un par de meses de merecido descanso y el a su espíritu viajero, se embarcó en un recorrido por las Maldivas, California, Londres y Tokio.

El hombre de Dior Homme

En marzo de este año, empezó a escribir un nuevo capítulo en su carrera como director creativo de Dior Homme, después de que Kris Van Assche abandonara la marca.

Celebró su debut en el Paris Fashion Week presentando la primera colección para la firma, en la que se vieron conjugadas la identidad de la casa francesa y su predilección por el streetwear, siempre presente en sus creaciones.

La propuesta tuvo al calzado como uno de sus protagonistas, sobre todo las zapatillas deportivas, de las cuales el diseñador se declara apasionado y que colecciona, incluso.

El modisto jugó con la superposición de prendas y se adueñó de elementos femeninos creando piezas ligeras, con hombros redondeados y líneas depuradas. Las flores, a las que Dior amaba y relacionaba con la mujer, se hicieron presentes en la puesta en escena y en la ropa, con gabardinas de vinilo e impermeables transparentes.