La historia detrás de Luxor, una familia maestra en joyas

Maestros en la creación de regalos eternos, del buen gusto y del cuidado de los tesoros más preciados. Así es Luxor, una firma que logra mantener su tradición a través del tiempo y transmitir a cada descendiente todas las técnicas, los conocimientos y el amor por las joyas. Conversamos con Fiorella Galli, cuarta generación de esta familia que convirtió la labor de la orfebrería en un verdadero arte.

Por Nora Vega│Fotos Gentileza

Luxor es un emprendimiento familiar, uno de los pioneros en el rubro de la orfebrería en nuestro país, que ha marcado tendencia gracias a sus joyas de exclusivos diseños. Las piezas se destacan por ser personalizadas. Los integrantes de la familia Galli Enciso aportan sus conocimientos, garantizando de esa manera que cada joya lleve consigo toda la sabiduría de más de 60 años de labor en el rubro.

“Recibimos esta tradición joyera a través de mi bisabuelo, Cirilo Sosa, maestro filigranero, que en los años 20 fundó Joyería Sosa. Posteriormente, mi abuela Emilia Sosa creó Luxor, en el año 1958”, cuenta Fiorella Galli. Fue así como su madre, Cristina, empezó a trabajar en el rubro. Por otra parte, Guido, su padre, al llegar de Suiza se sumó al equipo. Al principio, temporalmente, pero su enamoramiento por el arte de la joyería fue profundo, tanto, que finalmente se convirtió en el “experto en alianzas”.

MAESTROS EN CREAR REGALOS ETERNOS

Según explicó Fiorella Galli, trabajar en joyería no es solamente venta, sino que implica un profundo conocimiento acerca de los materiales, métodos de confección y otros aspectos que hacen que cada pieza cumpla con todas las expectativas del cliente. Es un trabajo fino y delicado. “Una joya está relacionada con la eternidad por el valor que representa. Es un regalo que debe durar para toda la vida”, expresó la diseñadora.

Una joya familiar trae consigo recuerdos, es parte de acontecimientos y fechas especiales. Son verdaderos símbolos de amor. La tradición de pasar como herencia estos tesoros es algo hermoso. “El valor que tienen estas joyas es incalculable, así como la confianza que depositan en nuestra familia. Para nosotros es un honor trabajar con esas piezas”, dice Fiorella.

“Encontramos en la simplicidad de las líneas y en la pureza de las piedras la combinación y el equilibrio perfecto”. Fiorella Galli

MAESTROS DEL BUEN GUSTO

La armonía perfecta de elementos y la habilidad del joyero son esenciales para Luxor, una firma que cuenta con un estilo definido y cuyo patrón principal es el buen gusto. “Encontramos en la simplicidad de las líneas y en la pureza de las piedras la combinación y el equilibrio perfecto. El resultado es una joya vanguardista y exclusiva”, aseguró la diseñadora.

Cada colección pasa por un proceso creativo que incluye piezas únicas, confeccionadas artesanalmente. “Logramos encontrar piedras excepcionales en los viajes que realizamos. Nuestra filosofía es elegir pocas cantidades de la misma piedra, podemos llegar a tener una gama importante de parecidos, pero nunca iguales. No nos gusta trabajar en cantidades, sino con piezas únicas”, afirmó Fiorella.

Fiorella es la cuarta generación de joyería Luxor; ella es la encargada de dar continuidad a este legado familiar. Realizó un máster en diseño de joyas en Milán, que le cambió su forma de ver la industria nacional.

EL LUJO DE DISFRUTAR Y DE VIVIR DE ESTA LABOR

Es indudable que con el tiempo las marcas más importantes de joyerías internacionales fueron teniendo una mayor presencia en el mercado, pero al industrializarse tuvieron la necesidad de dejar de lado la labor del orfebre. Sin embargo, Fiorella afirma que en Paraguay todavía existen joyeros que siguen la labor de orfebrería manual. “Nos consideramos afortunados por disfrutar y poder vivir de nuestro arte”.

Siendo parte de la industria nacional, Luxor es una empresa dedicada a elevar la joyería artesanal. “Uno de los valores más interesantes del ser humano es su capacidad de trabajar con las manos y una de sus mayores habilidades es la de ser orfebre”, puntualizó. Lo importante es que esta labor no se pierda en el tiempo y esta firma está trabajando para que continúe la profesión a través de nuevas generaciones.

UN LEGADO DE AMOR POR LAS JOYAS

Fiorella es la cuarta generación de joyería Luxor; ella es la encargada de dar continuidad a este legado familiar. Realizó un Máster en Diseño de Joyas en Milán, que le cambió su forma de ver la industria nacional. Su singular visión, sus creaciones y su meta por revalorizar la filigrana han logrado convertirse en un patrimonio para las siguientes generaciones.

Su marca de joyas de autor Fió consiguió, con mucho esfuerzo, dar una nueva oportunidad a una técnica casi olvidada, como lo era la filigrana, convirtiéndola en una joya más versátil, atemporal y lujosa, y empoderando a cada mujer a que la lleve puesta. “Enfioyadas”, como sus clientas dicen cuando llevan una prenda Fió. Esta marca eleva el look femenino a través de piezas auténticas, originales y, definitivamente, con mucha personalidad.