Las une el talento, comparten la pasion

Madre e hija; dos artistas apasionadas, dos creadoras de piezas con sello propio y estilo único: Ofelia Fisman y Florencia Banquer, quiénes, en esta nota, nos cuentan un poco más acerca de esa vocación de comparten desde el ADN .

Por Florencia Parodi / Fotos gentileza

Por Florencia Parodi / Fotos gentileza

Ofelia Fisman emprendió el camino artístico desde muy pequeña, tomando clases de dibujo en su natal Corrientes. A medida que iba creciendo, el arte fue ocupando más tiempo en su vida, hasta que decidió optar por la carrera de Artes Visuales.

Siempre quiso aprender e incorporar nuevas técnicas, pero la cerámica la cautivó. “Conocí la cerámica y fue como un amor a primera vista. Cuando terminé la carrera, fui a Buenos Aires, donde una ceramista alemana muy reconocida me becó. De su mano comencé a participar de los concursos, llamados ‘salones’”, relató Ofelia.

Allí, en Buenos Aires, donde vivió durante 10 años, pudo dedicarse de pleno a la escultura y concibió una de las colecciones que la harían famosa: Mamanaides. El término ‘mamanaides’ también fue una idea suya y, a través de esta serie, buscó reflejar la realidad femenina regional, la de aquellas indómitas e inspiradoras.

“Mamanaides es una colección que se debe a la mujer, en todos los tiempos y en todas sus circunstancias. Esa es mi temática: la mujer de la región”, explicó. Si bien continúa ese abordaje, asegura que este evolucionó, pues también creó Botenaides.

Desde hace ya unos años, Ofelia reside en el Paraguay, desplegando no solo su creatividad, sino enseñando, entrenando y abocada por completo a la fundación de un taller en Areguá: Domo Cultural Ita Kua. “Cuando vine por primera vez y llegamos a Areguá, vi que en cada casa había un horno de cerámica y pensé: ‘Este va a ser mi pueblo’. Finalmente, compramos un terreno y después un taller, así que hay que tener cuidado con lo que uno dice”, comentó entre risas.

Su nombre es sinónimo de arte y talento, y resuena globalmente, ya que sus obras ocupan galerías famosas en distintos países de Europa y el Cono Sur.

“LLAMO CERÁMICA ORGÁNICA A LO QUE HAGO. IMPLEMENTO LAS TEXTURAS NATURALES, HOJAS, FLORES, HAGO LA IMPRONTA EN EL BARRO Y LUEGO LE DOY LA FORMA UTILITARIA CON LAS MANOS”.

FLORENCIA BANQUER

LA SANGRE NO ES AGUA

A diferencia de su madre, Florencia Banquer no creció con la certeza de querer ser artista: de grande descubrió su pasión dormida, la que despertó de manos talentosas. Alegre y con carisma, nos dijo que, al contrario de lo que suele esperarse, ella no se sentía atraída por el arte, pese a haberse criado en talleres.

“Yo nací en un taller de cerámica, pero no me enganchaba del todo. Me gustaba el diseño gráfico, pero siempre estaba en el taller. Recién de grande despertó mi vocación y comencé haciendo las manitos de la suerte; luego, la parte utilitaria. Eso es lo mío”, sostuvo.

Inicialmente, era más conservadora, hasta que más tarde encontró su estilo, quebrando literalmente los moldes, para forjar un estilo muy propio, que destaca la naturaleza. “Antes intervenía piezas, pero era la cerámica redondita, perfectita. Después me abrí y empecé a romper las estructuras”, recuerda.

La actualidad la halla enfocada, principalmente, en la cerámica utilitaria, a la que denomina ‘cerámica orgánica’. “Llamo cerámica orgánica a lo que hago. Implemento las texturas naturales, hojas, flores, hago la impronta en el barro y luego le doy la forma utilitaria con las manos, sin utilizar el torno. Todas las piezas son únicas”, subrayó Florencia.

“MAMANAIDES ES UNA COLECCIÓN QUE SE DEBE A LA MUJER, EN TODOS LOS TIEMPOS Y EN TODAS SUS CIRCUNSTANCIAS. ESA ES MI TEMÁTICA: LA MUJER DE LA REGIÓN”.

OFELIA FISMAN

EL ARTE EN EL PARAGUAY

Ambas comparten hoy el escenario cultural local, colaborando también con ornamentaciones especiales para establecimientos comerciales. Con la trayectoria que las antecede, les consultamos cómo ven el arte y respondieron que observan muchas buenas iniciativas nuevas. “Existe un mercado para el arte en el Paraguay, y te das cuenta de eso porque en la mayoría de las casas hay obras artísticas. El paraguayo, sobre todo, gusta mucho de la pintura”, señaló Ofelia.

“Estaría bueno que la información fuera más masiva, que lo que se hace acá tenga mayor difusión mundial”, acotó Florencia.

Madre e hija se alientan mutua y constantemente a seguir creciendo, cada una con su inspiración, su talento y sus preferencias, pero con una pasión que las une más allá de los lazos de sangre. Ambas exponen en Oile, la tienda que conjuga arte y diseño en todas sus formas. “Oile es distinta a las galerías, en las cuales advertís los mismos cuadros. Ahí se exhiben cosas diferentes. Es única, no hay algo similar a eso”, cerró Ofelia.