Lazos eternos

Los vínculos que comparte una madre con su hija están cargados de complicidad, amor y respeto. En el caso de Fátima Agüero y Bella Zaputovich, este vínculo se fortalece aún más con las pasiones que ambas comparten, como la medicina y la moda. Una combinación bastante inusual, pero cautivadora, nos invita a querer conocer más acerca de este dúo que irradia confianza y empoderamiento.

Por Kate Reichardt / Fotos Guillermo Fridman / Dirección de arte y estilismo Javier Saiach

Las mujeres de la tapa representan el espíritu de esta edición. La continuación de un legado y la esperanza de un futuro que hoy visionamos como uno muy alentador.

Fátima Agüero es una dermatóloga de gran renombre en Paraguay; admirada por su belleza, estilo y, sobre todo, su profesionalidad. La doctora es propietaria de Dermalaser, centro médico-estético pionero en tratamientos láser de última generación. La pasión de Fátima por la medicina es un legado que transmitió a su hija Isabella, quien se encuentra cursando el primer año de medicina en la Universidad Católica de Asunción. “Tengo la imagen de mi mamá mirando al microscopio para diagnosticar problemas de pelo y eso despertaba un gran interés en mí. Veía los casos que presentaba en los congresos y le pedía que me explicara, y así con los años me di cuenta de que ninguna carrera me interesaba más que esta”, relata Bella.

LA MEDICINA

Fátima nos cuenta que a la hora de elegir su carrera, no tardó más de dos días en darse cuenta de que quería ser médica. “Yo siempre fui muy práctica. Cuando decido hacer algo, lo hago y punto. Recuerdo que en el último año de colegio, todos apostaban a que seguiría Derecho o Periodismo. Sin embargo, me di cuenta en ese entonces de que quería hacer investigación y ser forense. Averiguamos lo que esto implicaba y tenía que seguir Medicina. Llegué al quinto año y conocí la Dermatología como especialidad… ¡fue amor a primera vista!”, comenta entre risas.

La doctora señala que su mayor satisfacción son los cambios que se pueden lograr en un paciente: “El antes y el después. No solo físico, sino psicológico. Ayudarle a una persona a sentirse mejor consigo misma, es ayudarle a triunfar. El tratamiento correcto en pacientes con enfermedades de la piel hace un mundo de diferencia”.

MUNDOS PARALELOS

Lo que tal vez no sepas es que detrás de todo el glamour y los tratamientos de belleza, la doctora Fátima —graduada de la Universidad Nacional de Asunción— se encarga de supervisar las interconsultas dermatológicas de los pacientes internados en el Hospital de Clínicas. “La estética y la dermatología clínica son dos mundos diferentes, pero también inseparables. En el hospital veo pacientes complicados, con múltiples enfermedades y escasos recursos. Siento este trabajo como un cable a tierra y es mi contribución a la sociedad. Por otro lado, el 90 % de lo que trato en Dermalaser tiene un fin estético, y el éxito en un tratamiento bien hecho es también muy reconfortante”, describe.

“Ambas realidades no se pueden separar completamente, ya que la base de formación y actualización constante que tengo en Dermatología Clínica es lo que me permite ver soluciones para alteraciones estéticas. Gracias a la tecnología y opciones que ofrecemos en Dermalaser, puedo brindar atención y soluciones avanzadas a los pacientes del hospital que así lo requieran”, detalla la profesional.

“EL SER RECONOCIDA EN EL EXTERIOR COMO REFERENTE EN DERMATOLOGÍA ESTÉTICA ES UN ORGULLO INMENSO. ME ENCANTA VER LA BANDERA DE PARAGUAY ENTRE TANTAS OTRAS EN CONGRESOS INTERNACIONALES”.

FÁTIMA AGÜERO

Entre los momentos más felices de su carrera profesional, la profesional médica menciona el día que fue aceptada para la beca de especialización en Buenos Aires y el día en que llegaron sus dos primeros equipos de láser de Italia, abriendo así oficialmente las puertas de Dermalaser. A su vez, encuentra satisfacción cuando sus colegas extranjeros la invitan a dictar cursos o conferencias en otros países. “El ser reconocida en el exterior como referente en dermatología estética es un orgullo inmenso. Me encanta ver la bandera de Paraguay entre tantas en los congresos internacionales”.

Esto nos lleva a otra de sus pasiones: enseñar y formar a los jóvenes. “Con Bella se me cae la baba… desde muy chiquita ella ya decía que iba a ser médica, pero no quería que sienta ningún tipo de compromiso y le hablé de muchas opciones. Pero los que la conocen saben lo tenaz y decidida que es, siempre supo lo que quería. Hoy me siento a repasar con ella y a veces le tomo la lección, son momentos hasta divertidos para mí, que me llenan de orgullo”.

Fátima se desempeña también como profesora adjunta en la cátedra de Dermatología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción. “Quiero que los estudiantes en Paraguay tengan oportunidades que yo no tuve localmente. Es por eso que voy al Hospital de Clínicas y organizo regularmente actividades científicas de formación en la Sociedad Paraguaya de Dermatología (Soparder), donde asumí recientemente el rol de presidenta”.

“A MI MAMÁ LA ADMIRO EN TODOS LOS SENTIDOS, TANTO PROFESIONAL COMO PERSONAL. ES UNA PERSONA FUERTE QUE SOBREPASÓ TODOS LOS OBSTÁCULOS PARA LLEGAR DONDE ESTÁ”.

BELLA ZAPUTOVICH

MODA Y BELLEZA

Además de su pasión por la medicina, este dúo se destaca por su buen gusto e impecable presencia, acaparando las miradas de los presentes en eventos sociales e incluso de grandes marcas de moda y belleza, las cuales buscan crear campañas y colaboraciones con ambas o una de ellas, describiéndolas como mujeres aspiracionales. El afamado diseñador Javier Saiach hasta describe a Fátima y Bella como dos de sus más queridas musas y fuente de inspiración. Fue él quien las vistió e ideó la producción de moda para las páginas de esta entrevista.

“A Javier lo conocí gracias a mi mamá y mi hermana para el bautismo de Bella y desde ahí nos vimos crecer juntos; con el crecimiento profesional de cada uno, también fue creciendo nuestra amistad. Lo admiro mucho como persona y visionario de la moda. Supertrabajador y con un gusto exquisito. Estoy segura de que va a seguir creciendo y triunfando porque se lo merece”, cuenta Fátima acerca de su relación con el diseñador.

Para Bella, Javier está presente en su vida desde que tiene memoria. “A Javi lo conozco desde muy chica. Me vistió en todas las ocasiones importantes de mi vida y me parece una persona sumamente talentosa, con grandes ideas y un gusto excepcional. Lo admiro mucho y le tengo un inmenso cariño”.

Al ser consultada acerca de qué fue lo que despertó su interés en la moda, Fátima recuerda a su familia. “Considero a mi mamá como una mujer muy elegante, así también recuerdo a mi abuela. De pequeña solía mirar cómo hacían sus rutinas de noche, tocaba las telas de sus prendas y hasta les robaba los zapatos con tacos para caminar por toda la casa o jugar con mi amiga Andrea a que viajábamos por todo el mundo”, recuerda entre risas. “Así es que siempre consideré importante que uno se vea bien y, sobre todo, sentirse bien consigo misma”.

Fátima describe su estilo como clásico, pero con un toque moderno o inesperado. “No tengo miedo a lo audaz, es más… ¡me encanta! Pero siempre dentro de ciertos límites”. Entre sus prendas esenciales menciona que no le pueden faltar un pantalón de vestir de buen corte, una camisa de seda y un vestido comodín. “Sin embargo, para el día a día unos pantalones de jeans cómodos con una camisa o una remera básica de algodón y unas botas, definen mi estilo… Esa soy yo”, añade la profesional.

En cambio, Bella dice no tener un estilo definido, lo que le permite explorar los distintos matices de la moda. “Me gusta seguir las tendencias. Durante el día elijo opciones más cómodas y casuales, mientras que por la noche me gusta arriesgarme más”.

Las rutinas de belleza y cuidado también son importantes para madre e hija. “En cuanto al cuidado diario, soy muy constante y estricta, pero con pasos sencillos: para el día primeramente un limpiador, seguido por un sérum antioxidante y, por último, un protector solar. Para la noche nuevamente un limpiador, luego un sérum hidratante y un regenerador cutáneo”, revela Fátima.

Para una piel bastante joven —como la de Bella—, la buena limpieza e hidratación son dos aspectos que no pueden faltar en una rutina. “Por las mañanas aseguro de aplicarme un protector solar”, agrega la estudiante.

GIRL POWER

Al hablar de la afinidad que tiene con su hija, Fátima se considera muy afortunada. “Soy bendecida. Dios me dio una familia compañera, todos me acompañan y apoyan siempre. Nos gusta pasar el tiempo juntos y Bella es una de mis mejores amigas, mi consejera, mi otra cabeza y mano para tantas cosas”. Al mismo tiempo, Bella describe a su mamá como una mujer ejemplar: “La admiro en todos los sentidos, tanto profesional como personal. Es una persona fuerte que sobrepasó todos los obstáculos para llegar donde está. Es un ejemplo de pasión y perseverancia y, por sobre todo, admiro su amistad incondicional y su lealtad a las personas que la rodean”.

No está de más decir que Fátima representa el éxito, empoderamiento y sacrificio; mientras que Bella, a la juventud que va en busca de sus sueños. Ellas forman parte de una nueva generación de mujeres independientes y multifacéticas, con un propósito y visión para el futuro.

Dueñas de una vocación desafiante y una descripción de trabajo que incluye investigación científica e innovación, Fátima y Bella son prueba de que las mujeres pueden romper barreras, sobresalir profesionalmente, formar una hermosa familia —si así lo desean— y por si no fuera suficiente, lucir fabulosas en todo el proceso.

EL AFAMADO DISEÑADOR JAVIER SAIACH DESCRIBE A FÁTIMA Y BELLA COMO DOS DE SUS MÁS QUERIDAS MUSAS Y FUENTE DE INSPIRACIÓN.