LOS PUZZLES DE GABI DI

Nacida en Asunción en el año 1967, Gabriela Díaz de Espada tiene una larga y nutrida carrera como ceramista y pintora. En esta nota te contamos más acerca de su trayectoria en el mundo del arte.

Por Valeria Gallarini Sienra Fotos Gentileza

En cuanto a su formación, la artista tiene un amplio currículum. Ha participado de talleres con Livio Abramo, Olga Blinder, Gloria Morínigo, Mónica González, entre otros. En los últimos años asistió a varios seminarios: Investigación y proceso creativo, con Osvaldo Camperchioli; Grabado sobre aluminio, con Luvier Casali; Técnicas de creación visual, con Enrique Espínola; Imprenta, con Eduardo Barreto; Engobes cerámicos, con Teresita Capurro, por mencionar algunos.

Hoy forma parte del grupo de cerámica urbana contemporánea A Barro y Fuego y, desde 2014, es miembro de la Asociación de Artes Visuales del Paraguay Gente de Arte. Disfruta produciendo piezas artísticas y de diseño, con más de dos décadas de experiencia exponiendo en muestras individuales y colectivas, dentro de las cuales se puede destacar su participación en la Bienal Internacional de Asunción con la exposición colectiva “Cruces en Asunción”.

 

UN NUEVO LENGUAJE EXPRESIVO

Gabi, como se la conoce en su círculo más cercano, transita entre diversos medios como cerámica, arte textil, pintura y, en esta muestra, incorpora un nuevo lenguaje expresivo en metal. A partir de metales reciclados, genera un ensamblaje inspirándose en la naturaleza con las fores y formas orgánicas que siempre han caracterizado su obra.

Esta exhibición enlaza todas sus facetas como artista y creadora, su universo colorido y alegre que nace de lo espontaneo y lo natural, atributos que no solo describen a la obra, sino también perfectamente podrían extenderse a la artista.

¿Cómo nace tu interés por la cerámica?

Mi interés se remonta a mi infancia. Yo pasaba las vacaciones de verano en Areguá, en la casa de mi abuela materna. Mi mamá me llevaba a las alfarerías, donde pasaba horas jugando entre las coloridas planteras y los tornos manuales que me fascinaban. En el colegio, tuve el privilegio de contar como profesora de arte con la artista Mónica González, con quien profundicé mi pasión por la cerámica, con los esmaltes y los óxidos. El taller del colegio era maravilloso, incluso tenían un horno, torno eléctrico y óxidos. Era mi espacio, donde me abstraía y creaba, lugar del que solo salía para ir a la cancha, ya que también siempre fui muy deportista.

¿Cómo se dio tu reencuentro con la cerámica ya como una mujer adulta?

Tras terminar mi carrera de administración, casarme y tener hijos, me reencontré con Mónica en un taller que organizó en su casa. Ahí conocí a Osvaldo Camperchioli, quien se convirtió en uno de mis grandes mentores. Estuve muchos años como alumna en sus talleres de pintura e investigación, que me resultaban sanadores y muy especiales.

¿En qué momento te sentiste verdaderamente una artista?

Mónica y Osvaldo, mis maestros, fueron quienes me animaron a participar de exposiciones colectivas, incluyéndome en todas las ediciones de las muestras de A Barro y Fuego, organizada por la dupla durante varios años.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Mi proceso es muy espontáneo, no soy de las que programan o bocetan, simplemente dejo fuir lo que siento y me dejo llevar por la inspiración del momento. Voy trabajando y puliendo detalles hasta sentir que la obra está resuelta.

¿De dónde viene el título de esta muestra en la galería BGN/ Arte?

Llegué a este nombre en conversaciones con mi curadora, Silvana Domínguez, buscando presentar una muestra diferente, que incluyera un ensamblaje de varios lenguajes. Puzzle, que signifca rompecabezas en inglés, también simboliza algo por resolver, un desafío mental. De hecho, dicen que los acertijos trabajan los dos lados del cerebro, como el artista que también juguetea con ambos hemisferios en todo momento.

¿Qué es el arte para vos?

Es algo necesario, ya que uno puede dar al mundo una parte de sí mismo para conectar con otras personas. En particular, mi arte es un arte alegre y colorido; esa alegría es lo que busco dejar como mi granito de arena al planeta.