El arte corre por sus venas. Majo es una actriz determinada, apasionada y, sin duda, con un futuro brillante. En su corta pero impactante trayectoria, esta revelación paraguaya ha conquistado corazones y trabajado con figuras legendarias como Luis Brandoni y Robert De Niro. Su habilidad para conectar culturas y narrar historias, su calidez y sencillez humana no solo destacan su talento, sino que también confirman su prometedor lugar en el mundo del audiovisual.
Dirección Editorial KATE REICHARDT
Fotografía DAIANA AQUIJE
Producción y Estilismo MATÍAS IRALA
Asistencia Fotográfica NATASHA VILLAMIZAR
Maquillaje y Peinado PRISCILA AGUILAR
Prendas BRUNO GIORDANO, ESQUINA ESQUINA, POCHA MOUCHET, GINEBRA, CHARO VEGA, JT, ANDRÉS BÁEZ
Accesorios CABINET ÓSEO, FLORENCIA TELLADO
Agradecimientos JUAN ANGEL MONZÓN, GIULIANA MEZA Y ALINE RIVAS
Locación VILLA RAIMONDA, BUENOS AIRES
Después de un trabajo tan significativo, es natural que exista cierta presión para igualar o superar lo alcanzado. Sin embargo, el enfoque de Majo está en continuar desarrollando su carrera paso a paso en Argentina y en explorar nuevas oportunidades, tal vez inclusive en el teatro, aunque actualmente está profundamente enfocada en el ámbito audiovisual, manejando dos proyectos que ya se encuentran en etapa de preproducción. “Se vienen cosas muy emocionantes”, adelantó.
Majo creció feliz. Su infancia estuvo rodeada de naturaleza y de una familia numerosa con cinco hermanos; tres hermanos mayores y dos hermanas menores. “Crecí en Sapucai, un lugar que considero mágico. Siempre digo que es como mi propio Macondo, una tierra que amo y a la que sigo conectada”, comentó. Estudió en una escuelita dirigida por una congregación de la India. Allí, en lugar de las enseñanzas tradicionales y lejos de las plastilinas, aprendían yoga y meditación.
“Tanto mi entorno como mis padres influyeron en mi formación. Mi padre se dedicaba a la ganadería y mi madre era farmacéutica. Allí, aprendimos el valor de la ciencia y la importancia de la lengua guaraní. Algunos de mis hermanos se inclinaron por la medicina y la veterinaria, otros por el arte. Uno de mis hermanos mayores es concertista de guitarra clásica. Definitivamente, él y yo nos sentimos atraídos por el arte”, comentó.
Entre los vibrantes trajes de danza folclórica y la emoción del teatro juvenil, Majo vivió por primera vez la magia de la interpretación. Fue durante el Festival Nacional de Teatro Juvenil en Sapucai donde su pasión se encendió de manera definitiva. Bajo la guía de grandes maestros como Liber Fernández y Julio Saldaña, cuyo legado dejó una profunda huella en su formación, Majo descubrió que en el escenario encontraba su verdadero yo. A los 14 años, ya sabía que su destino estaba intrínsecamente ligado a la interpretación de personajes y a la emoción de conectar con el público.
Después de terminar el colegio, estudió Arquitectura en la Universidad Nacional, pero su pasión por la actuación persistía. Después de tres años, decidió dedicarse plenamente a la interpretación y se formó en El Estudio, escuela del maestro Agustín Núñez. Casi de inmediato, obtuvo sus primeros trabajos profesionales, que incluyeron una película y una obra en el Teatro Municipal. A lo largo de su carrera, el teatro y la arquitectura han estado entrelazados. “La arquitectura
escenográfica y el diseño espacial son esenciales en mi trabajo”.
La aspiración de esta apasionada actriz es seguir desarrollándose frente a la cámara y también detrás de ella, entendiendo cómo funcionan todos los departamentos en una producción. “Mi mayor anhelo es estar frente a la cámara, pero también quiero involucrarme en la dirección y otros aspectos de la producción”, reveló. “También sueño con trabajar en otros países, como Estados Unidos o España“.
El momento crucial
El contexto de la pandemia llevó a todos a una serie de desafíos inesperados. La virtualidad se convirtió en una herramienta clave para acceder a castings internacionales. “Fue así como llegué a participar en una serie épica llamada Sin Límites, disponible en Amazon Prime, donde compartí pantalla con actores como Álvaro Morte y Rodrigo Santoro. Esta experiencia me llevó a República Dominicana para filmar, marcando un hito en mi carrera”, recordó.
La magnitud de esta producción fue impresionante y algunas de las escenas fueron pospuestas y trasladadas a España debido a la pandemia y Majo no pudo finalizar el rodaje ya que se encontraba con un nuevo proyecto en Corrientes, Una sola primavera, su primer protagónico en una película coproducida con Paraguay, que se estrenará en el país este 19 de septiembre.
A través de Lucía Sapena, se enteró de un casting organizado por su marido, Diego Maldonado, para un nuevo proyecto dirigido por Mariano Cohn y Gastón Duprat. La noticia de su selección para el papel de Antonia fue muy emocionante, dado que estos directores son reconocidos por su impresionante carrera y su gran influencia en el cine y las plataformas. La emoción se intensificó al enterarse de que su compañero de trabajo sería Luis Brandoni, un actor al que siempre había admirado profundamente. Y la experiencia se volvió aún más surrealista cuando el legendario Robert De Niro se unió al elenco.
NADA
La exitosa serie
La intensidad de su mirada, la precisión de sus movimientos, la forma en que lograba transmitir emociones tan profundas con tan poco cautivaron a la audiencia y pronto su personaje brilló y pasó a convertirse en una verdadera protagonista. La historia se trata de Manuel, interpretado por Luis Brandoni, un crítico gastronómico que dependió toda su vida de su ama de llaves, sin embargo, esta mujer fallece y él queda a la deriva, por lo cual, contrata una nueva ama de llaves, Antonia, encarnada por Majo, para que lo ayude en esta nueva etapa de su vida.
Como curiosidad, parte de la serie está inspirada realmente en Brandoni y sus relaciones personales.
“El proceso de adaptación y crecimiento durante la producción de la serie se convirtió en una experiencia invaluable. Aunque mi experiencia no era exactamente la misma que la de Antonia, la idea de ser una extranjera que busca abrirse camino en un nuevo país resonaba profundamente en mí. Quería reflejar esa lucha y ese esfuerzo en mi interpretación, mostrando cómo una migrante, sin importar su origen, enfrenta desafíos similares al salir de su tierra natal”, dijo Majo.
Un objetivo crucial de esta talentosa actriz era incorporar elementos auténticos del Paraguay en el personaje de Antonia. “Una de las decisiones importantes fue incluir una frase en guaraní. Decidí usar una frase contundente en lugar de exagerar los rasgos paraguayos en el diálogo, para evitar caer en clichés”.
Esta decisión también abrió un diálogo sobre la importancia del guaraní y cómo este idioma es parte de una rica herencia cultural compartida en varias regiones de Latinoamérica. La respuesta del público fue asombrosa. La actriz recibió mensajes de personas de Colombia, Brasil y otros países de Latinoamérica que se sintieron representadas por el personaje de Antonia. La inclusión del guaraní y la representación de la comida típica, como la sopa Yukysy, también ayudaron a conectar con la audiencia, mostrando cómo las experiencias y tradiciones pueden ser universales y compartir un vínculo común en toda la región.
El proceso de trabajo en el set fue igualmente revelador. A pesar de la timidez natural de Majo, su pasión por la actuación y su compromiso con el personaje le ayudaron a destacarse. “Trabajar con directores como Mariano Cohn y Gastón Duprat, así como con Luis Brandoni, quien es una figura icónica en el cine argentino, fue una oportunidad increíble. La confianza que depositaron en mí fue fundamental para el desarrollo del personaje”.
La llegada de Robert De Niro al proyecto añadió una capa adicional de emoción. Durante sus días de filmación, el equipo técnico mostró una devoción impresionante y la atmósfera en el set era de una intensidad y pasión que reflejaba la importancia del proyecto para todos los involucrados. “La interacción con De Niro se dio durante las escenas en las que exploramos aspectos culturales como el guaraní, fue una oportunidad para humanizar aún más a los personajes y hacer que la experiencia fuera memorable para todos”, expresó.
Majo recuerda una anécdota particularmente divertida: durante una pausa, le enseñó a De Niro algunas palabras en guaraní. “La situación se volvió más relajada y, a pesar de la tensión del trabajo, disfrutamos del momento y logramos construir una
buena química. Ver a los directores y al equipo técnico relajarse y disfrutar de la filmación fue un testimonio del éxito del proyecto y de la colaboración que había logrado con todos ellos”.
También mencionó que De Niro demostraba un profundo conocimiento del guion. “Su profesionalismo y capacidad para captar la esencia de la escena, incluso antes de filmarla, evidenciaban su maestría en el oficio. Este nivel de compromiso no solo enriqueció la película, sino que también permitió a todos los involucrados elevar la calidad del trabajo”.
Su vocación artística
La experiencia de trabajar con Luis Brandoni y Robert De Niro, así como con el equipo de producción de la miniserie Nada (Disney) no solo fortaleció la carrera de Majo, sino que también le permitió comprender mejor el poder del arte para conectar culturas y contar historias universales. “La industria del cine en Argentina, con su rica historia y sus estándares avanzados, ofrece una plataforma excelente para crecer y aprender. Mi objetivo es seguir trabajando con actores y actrices talentosos y dar pasos firmes para avanzar en mi carrera”, sostuvo.
El desafío de adaptarse a la vida en Buenos Aires es significativo para ella, pero confesó que, con la compañía de su novio, el actor argentino Mauricio Jortack, esa parte de su vida se le hace más llevadera. “La oportunidad de crecer en mi carrera y de trabajar en proyectos tan importantes hace que todo valga la pena. Aunque siempre extraño mi tierra, la experiencia y el aprendizaje que estoy obteniendo en Buenos Aires son invaluables. Con Mauri, estamos siempre listos para emprender nuevas aventuras. El mundo es nuestro escenario y siempre tenemos las valijas hechas”.
Finalmente, Majo destacó el gran potencial de la industria cinematográfica en Paraguay, aunque enfrenta desafíos como la falta de inversión y reconocimiento institucional. Para su crecimiento, es crucial que tanto el Estado como el sector privado inviertan en ella, con apoyo estatal y una apuesta de las empresas privadas por el cine como industria viable.