Moda Como Revolución

Buy less, choose well and make it last. Esta es una frase de la diseñadora Vivianne Westwood que representa lo que la moda sostenible, como filosofía y estilo de vida, quiere transmitir. Comprar menos es la consigna de la que partimos para empezar a reflexionar sobre este fenómeno.

Por Julia Hermosa / Fotos Alejandra Laterra y gentileza

Ser cada vez más conscientes de lo que consumimos es una conducta que está creciendo de manera exponencial y la pregunta: ¿quién hizo mi ropa? Fue el inicio de muchas reflexiones en torno a una moda más justa y transparente.

La moda es un canal para transmitir lo que sentimos, para expresar lo que somos y es también en mi opinión, una herramienta para incidir en política y en cuestiones sociales.

Según el sociólogo francés Francis Godard, la moda funciona hoy como una de las instituciones más importantes en la vida cotidiana y la industria del vestido constituye el 6% de la producción económica mundial.

UN POCO DE HISTORIA

Rana Plaza era una fábrica textil de Bangladesh que producía para renombradas marcas de moda rápida. La fábrica respondía a un consumo acelerado e inmediato, cumpliendo plazos fugaces, pero descuidando la vida y seguridad de sus trabajadores.

En el 2013 —a pesar de las varias advertencias por las grietas existentes en el edificio—, el Rana Plaza se derrumbó, dejando sin vida a más de 1.000 personas.

Una tragedia que sin duda despertó una indignación colectiva, que condujo a cientos de activistas a cuestionar cada proceso de la cadena de cada prenda, naciendo así un movimiento llamado Fashion Revolution.

Como miembro voluntaria del movimiento, en este artículo me gustaría hablarles de los primeros pasos para transitar hacia un consumo y una producción mucho más justos y transparentes.

1. ¿ES NECESARIO CONSUMIR TANTO?

Quizás muchas y muchos de los que están leyendo este artículo tengan alguna prenda en el ropero, de la cual aún cuelga la etiqueta. Lo que la moda sostenible nos propone es que usemos lo más que podamos la ropa que ya tenemos.

2. INTERCAMBIEMOS

El swap es una de las grandes tendencias que debemos aprovechar para reducir nuestro impacto como consumidores.

3. TRANSFORMEMOS

Podemos hacerle un arreglo a nuestra remera que se descosió en un taller o transformarla agregando algún parche o bordado para dejarla como nueva.

4. COMPREMOS PRENDAS DE SEGUNDA MANO

Para disminuir la producción acelerada de prendas nuevas, es importante empezar a comprar prendas de segunda mano, utilizadas pero en su mayoría siguen en perfecto estado. Es primordial hacer el ejercicio de pensar si realmente necesito esa prenda nueva, por más que sea usada.

5. ELEGÍ COMPRAR DE MARCAS SOSTENIBLES

Estas son consideradas sostenibles por tener prendas de algodón orgánico o de tejidos que hayan respetado el proceso natural de sus fibras, reduciendo el uso de químicos y, del agua.

Para crear una sola remera, la industria consume solo en la plantación del algodón unos 10 000 litros de agua.

Además, estas marcas trabajan con talleres que ponen en primer lugar la integridad de sus colaboradores.

Existen diversas marcas que trazan el recorrido de sus prendas, revelando al público la lista de proveedores y describiendo los procesos de sus productos para que sus consumidores puedan de alguna manera fiscalizar.

Como es tanto el daño que debemos reparar, esta reflexión siempre concluye en una misma invitación: comprar menos.