Por un mundo sin desperdicios

Salvemos la comida es una campaña de concientización impulsada por Unilever, con el objetivo de educar a la ciudadanía sobre desecho de alimentos y contribuir con el uso más eficiente de estos recursos. Arnaldo Monfredini, responsable de marketing de la división Foods de la compañía, y Ximena Mendoza, fundadora de la empresa social Mboja’o, nos cuentan a profundidad de qué se trata la iniciativa.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), cada año se usan cerca de 1400 millones de hectáreas de suelo para producir alimentos que no son consumidos. según el Tercer Boletín Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en América Latina y el Caribe del organismo, en América Latina se pierden o desperdician hasta 348 mil toneladas de alimentos al día.

La información es verdaderamente alarmante porque desnuda hechos imposibles de ignorar: la inconsciencia en torno al desecho de comidas y la ignorancia en cuanto las formas de reutilizarlas, que está haciendo mella en la sociedad y el medioambiente.

“Confiamos en que es posible un Paraguay sin desperdicios. Por ello, impulsamos simples acciones que harán una importante diferencia si todos se suman desde sus hogares”, indicó Arnaldo Monfredini, responsable de marketing de la división Foods de Unilever, al referirse a Salvemos la comida, la campaña impulsada por la compañía. La misma insta a planificar las compras para reducir los gastos, a aprender a conservar los alimentos y a consumirlos de manera responsable, cuidando las porciones para disminuir las sobras, convirtiéndolas en nuevas recetas.

La multinacional confía en que esta es la mejor forma de poner sobre la mesa la problemática del desperdicio de alimentos: “Nos apoyamos en nuestras marcas Knorr, Hellmann’s, Savora y Maizena para transmitir y hacer llegar nuestra comunicación a la mayor cantidad de personas, y de esta manera, potenciar nuestros mensajes acerca de usos de productos para reinventar la comida y evitar su desperdicio”.

Para afrontar mejor el reto, Unilever articula esfuerzos con instituciones que trabajan de cerca en la materia, como la ya referida FAO, la fundación Banco de Alimentos Paraguay y la cadena de supermercados del grupo Retail SA.

Así también, participan otras firmas y organizaciones, como la Secretaría Técnica de Planifcación del Desarrollo Económico y Social (STP), la Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY), O’Hara Escuela de Gastronomía & Restaurante, y la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Asunción.

Rescatar la comida

Uno de sus aliados estratégicos es Mboja’o, empresa social dirigida por Ximena Mendoza, dedicada a retirar aquellos excedentes producidos por el sector gastronómico que se mantienen en perfecto estado y acercarlos a comedores sociales para su aprovechamiento.

“Es necesario que seamos conscientes de que esta problemática existe, y que desde nuestro lugar como comensales, hay muchas cosas que podemos hacer”, sostuvo Mendoza, quien acotó: “normalmente, cuando pensamos en las principales causas que afectan negativamente al medioambiente nos imaginamos grandes fábricas y la polución, pero muy pocas veces pensamos en el desperdicio de alimentos”. En realidad, este residuo es responsable del 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Ximena resaltó que los cálculos hablan de que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial nunca llegan a consumirse: “Eso es algo que debería llamar la atención de cualquier persona. Es un enorme desafío empezar a construir una consciencia colectiva con respecto al tema. todas estas organizaciones nos encontramos detrás de los mismos objetivos. Por supuesto, colaborando entre instituciones con propósitos similares, podemos lograr mucho y llegar más lejos”.

Durante la última edición de Feria Paladar, celebrada a inicios del mes de septiembre, Mboja’o conformó un equipo de 50 voluntarios para recorrer los stands de los 30 restaurantes que conformaban la grilla. al cierre de las tres jornadas que duró el evento, se recuperó un total de 105 kg de alimentos, que fueron clasificados y refrigerados para ser aprovechados por más de 150 niños del comedor social Virgen del Rosario.