Rolo Ocampos, Amateur

Nacido en 1985 en Fernando de la Mora, Paraguay, Ocampos se formó en diseño gráfico y bellas artes. En su día a día, explora distintas facetas del arte, desempeñándose como ilustrador, diseñador gráfico y street artist, realizando importantes murales en todo el país, así como también en Brasil y Argentina.

Por Valeria Gallarini Sienra | Fotos Gentileza

Rolo pasa de la pared al bastidor con toda la fuerza del street art, empleando pintura de látex sobre el lienzo y explorando temas de nuestra idiosincrasia cotidiana con los que el espectador puede conectarse de manera inmediata.

El arte urbano, o street art hace referencia a todo el arte de la calle. El arte urbano engloba tanto al grafiti como a otras diversas formas de expresión artística callejera. Desde mediados de los noventa, el término street art posgrafiti se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas como plantillas, pósteres, pegatinas, murales y grafitis.

Rolo se hizo muy conocido en el ambiente local de los grafiteros, comenzando a pintar en las calles en el 2010, invitado por un grupo de amigos y colegas. Sobre esa primera experiencia relata: “Fui sin muchas expectativas, solo para pasar un buen rato, sinceramente jamás me imaginé que sería la superficie más fascinante que puedo intervenir, el tamaño, el ambiente, el reto. Todo me invadió en el transcurso de un mes aproximadamente, simplemente no pude dejar de pintar en gran formato, a tal punto de no pintar más cuadros durante nueve años, hasta mi muestra anterior en el 2018”

Esta muestra significó volver al lienzo, volver a abordar el formato pequeño y percatarse de ese formato lo llevaba a algo más íntimo. “Pintar cuadros definitivamente lo abordo de otra manera, más mío, más profundo o personal podría decirse, capaz como una catarsis. Los muros me brindan una gran satisfacción, pero finalmente se dan bajo ciertas limitaciones, pero con los cuadros creo que expreso mi lado más salvaje, probablemente no se vea así, pero es donde definitivamente siento mi libertad a tope”

Rolo Ocampos se hizo muy conocido en el ambiente local de los grafiteros, comenzando a pintar en las calles en el 2010. Se desempeña como ilustrador, diseñador gráfico y street artist.

ENTRE LA MEMORIA Y LO AMATEUR

Su próxima muestra se denomina Amateur. Su primera definición se refiere a aficionado, pero, etimológicamente, esta palabra proviene de la palabra latina amator referida a el que ama.

En retrospectiva, haciendo un paralelo entre las imágenes de esta muestra y el nombre de la serie, me resuena en la memoria algo que una vez me dijo Olga Blinder. Estábamos en el Instituto Superior de Bellas Artes conversando sobre los artistas amateurs que, si bien tienen una extensa producción, tenían recelo a exhibirla. Olga respondió que un artista para merecer tal nombre, debe tener el valor de exhibir su arte; no puede considerarse artista si no lo muestra.

“Pintar cuadros definitivamente lo abordo de otra manera, más mío, más profundo o personal podría decirse, capaz como una catarsis”

La “exposición”, como llamamos a la muestra de arte, también acarrea para el artista amateur no solo exponer su obra, sino también exponerse a la mirada del público, al ojo inquisidor, a la crítica. El amateur, movido por la pasión, por su necesidad de crear aquello que ama o amar aquello que crea, debe hacer el rito de paso de exhibir su creación al público para poder declararse y ser considerado un artista.

Los personajes de Rolo se encuentran acobijados, refugiados en ese manto creativo, lleno de formas, colores y materializaciones de su imaginario. La expresión de su alma, de su arte/amor envuelve como un refugio y arropa a sus personajes. ¿No es acaso el arte un refugio para quien la ejerce como expresión de su ser

En una reflexión íntima el artista exterioriza en esta muestra sus procesos y su propia historia. Arranca con esa relación de amor inexplicable que siente por la pintura, de saber que cada pared o cada lienzo fue un acto de amor intenso y apasionado. Las mantas se convierte en refugio lleno de símbolos del cual emergen tímidos pero seguros sus personajes a enfrentarse al ojo inquisidor, que Rolo denomina el “dicen que”.

El artista abandona el refugio de lo amado, del placer íntimo y puro bajo la manta, para desnudarse ante la mirada pública.

Rolo afirma: “Creo que cuando uno se permite fallar es cuando más aciertos puede llegar a tener. El impostergable salto de fe que tenemos que dar en algún momento siempre estará cargado de sensaciones que nos llevan a resolver cosas o plantearnos nuevos desafíos; eliminar el temor al fracaso es el primer paso para lograr todo aquello en lo que queremos avanzar y no intentarlo ya es fracasar”.

Las obras de Rolo Ocampos ponen de manifiesto a un verdadero artista amateur, pero no por inexperto, sino porque ama lo que hace, nos revela a un artista tan satisfecho con su propio proceso de creación artística, que lo demás es secundario.

“Creo que cuando uno se permite fallar es cuando más aciertos puede llegar a tener. Eliminar el temor al fracaso es el primer paso para lograr todo aquello en lo que queremos avanzar”.