Durante toda su carrera, Sebastián Peña se ha distinguido por aportar valor e impulsar la industria cinematográfica y cultural de nuestro país. Editó revistas, produjo películas, dirigió documentales y dejó en alto el nombre de Paraguay en prestigiosos festivales alrededor del mundo. Además, es presidente de la Cámara Paraguaya de Empresas Productoras de Cine y Televisión.
Por Gina Gaona Fotos Gentileza
Apasionado emprendedor y con muchas ganas de contar historias, Peña es uno de los tantos que, aún conociendo los desafíos de hacer cine Paraguay, se lanza de lleno a crear y a producir, logrando resultados extraordinarios.
UN VÍNCULO DE TODA LA VIDA
El cine siempre fue parte de su vida, comenzó a apreciarlo desde chico en las salas de Asunción. “Recuerdo los cines de la década del ochenta. Iba a ver películas de Hollywood, como Superman o E.T., en el Premier o el Cosmos. Pero también películas clase B, como El cocodrilo mortal, cuando mi abuela Chela me llevaba a Quinta Avenida”, cuenta. “Cuando empecé a leer más, me imaginaba algún día escribiendo guiones. Y, cuando fui editor de la revista Wild, desde comienzos del 2000, empecé a ver más cine alternativo de otros países y películas clásicas”, agregó.
Un buen día, a Sebastián le ofrecieron trabajar como asistente en el rodaje de Miami Vice, en Ciudad del Este. “De esa producción participamos casi todos los que, desde ese entonces o después, nos dedicamos al mundo audiovisual en Paraguay”, recordó.
Junto con Osvaldo Ortíz y Tania Simbron, fundó Puatarará Films. De este grupo nacieron la ficción Guaraní (2015), dirigida por Luis Zorraquín, y el documental Chicas nuevas 24 horas (2015), dirigida por Mabel Lozano. En 2015, se asoció con Marcelo Martinessi y, desde La Babosa Cine, produjeron Las herederas (2018), primer largometraje de Martinessi, y Los últimos (2023), primer documental de Peña.
Hoy, Sebastián se encuentra recorriendo festivales internacionales con Los últimos. Además, produce el segundo largometraje de Marcelo Martinessi y trabaja en un proyecto de escritura para el cual viene investigando hace siete años.
EL FENÓMENO DE LAS HEREDERAS
Las herederas, ópera prima de Marcelo Martinessi con Sebastián Peña como productor principal, es una coproducción entre varios países. La película arrasó en los festivales internacionales, alzándose con dos premios Oso de Plata y tres reconocimientos de jurados independientes, en el 68.º Festival Internacional de Cine de Berlín. También obtuvo dos Premios Fénix, dos Premios Platino, entre otros reconocimientos.
“Con Las herederas aprendí, sobre todo, a armar y ejecutar complejos esquemas de financiamiento y de relaciones societarias. El recorrido por festivales me ayudó a comprender el funcionamiento de la industria del cine global”, destacó el realizador.
“También significó la constatación de algo que ya intuíamos, que desde Paraguay se puede hacer cine con un lenguaje propio y con un nivel de rigurosidad artístico-técnico capaz de pararse sólidamente en los espacios más exigentes”, puntualizó.
LOS ÚLTIMOS, UN VIAJE CINEMATOGRÁFICO POR EL CHACO
En Los últimos, Sebastián relata sus travesías por el Gran Chaco paraguayo junto a los ecólogos Jota Escobar y Ulf Drechsel.
El documental es el resultado de más de veinte años de viajes de observación y registro, durante los cuales los protagonistas comparten profundas conversaciones y reflexiones sobre el futuro de la humanidad en la tierra.
“Fue un proyecto tanto de cine como de reflexión, pensamiento y escritura. Conocí gente genial y pude participar de conversaciones desafiantes intelectualmente, aprender cosas inimaginables, y viajar a los lugares más fantásticos de Paraguay”, expresó el director.
Los últimos recibió el premio Lobo Marino como Mejor Documental durante el Festival Internacional de Cine de Punta del Este. Así también, fue destacado por la revista especializada Screen Daily de Inglaterra.
EL PRESENTE DEL CINE NACIONAL
El realizador ve un ecosistema cinematográfico fortalecido en Paraguay, especialmente, por los procesos que atravesó durante las dos últimas décadas. Indicó que hubo un cambio dramático, tanto en la escala, la frecuencia y la cantidad de producciones, como en los procesos de institucionalización del sector.
“Del cine paraguayo, admiro su resiliencia frente a un contexto históricamente poco favorable. Siempre fue difícil hacer cine acá, pero se encontró una manera. También me entusiasma comprobar que podemos contar nuestras historias y explorar lenguajes cinematográficos más propios. Son aportes genuinos de Paraguay al cine del mundo”, destacó.