Esta viña actualmente es uno de los principales referentes y promotores del exitoso sector vitivinícola de Chile. Sus cosechas históricas hacen única a esta marca; la botella más añeja data de 1983. Tomás Muñoz, enólogo en jefe, y Sebastián Ramírez, director comercial, visitaron nuestro país con el fin de realizar eventos de maridaje y una masterclass para invitados especiales.
Por Nora Vega | Fotos Gentileza
La historia comienza con don Maximiano Errázuriz, a quien se le ocurrió plantar las primeras parras de vides francesas en el Valle del Aconcagua. Impulsado por su espíritu visionario, y mientras la mayoría de los viñedos chilenos eran plantados en los alrededores de Santiago, la capital, el fundador de esta laureada viña dirigió su mirada al norte en busca de un valle dotado de un excepcional terroir. Y lo encontró.
En aquella época, 1870, don Maximiano ya construyó una magnífica bodega de doble piso, con un enorme subterráneo que le permitía guardar un total de seis millones de litros de vinos. Esta es una de las bodegas pioneras de Chile en establecer viñedos de Syrah. Cabe mencionar que La Cumbre es el vino ícono de Viña Errázuriz, si hablamos de esta cepa.
Eduardo Chadwick Claro, el actual propietario de Viña Errázuriz y descendiente de don Maximiano, es una de las personalidades más relevantes del sector vitivinícola chileno y uno de los máximos exponentes del producto local prémium en el extranjero. “Tanto es así que, en el año 2004, realizó en Berlín una cata a ciegas llamada The Berlin Tasting, en donde participaron sus vinos íconos junto a connotadas bodegas del Viejo Mundo”, cuenta Tomás Muñoz, enólogo en jefe de Viña Errázuriz.
“El evento se organizó en más de 15 capitales del mundo y marcó un hito en la calidad en nuestros vinos, que estuvieron siempre entre los tres mejores”, expresó Muñoz, quien con tan solo 32 años asumió la jefatura enológica, con el objetivo de incorporar nuevas tecnologías y dar una mirada más joven, sin perder las tradiciones de la producción vinícola que marcaron historia en su país —y en el mundo entero— desde sus inicios.
Por su parte, Sebastián Ramírez, director comercial de Viña Errázuriz, explicó que la viña se enfoca en vinos de alta gama. “Queremos ser líderes en este segmento y que estos vinos reflejen de manera honesta nuestro trabajo. El porfolio que ofrecemos cuenta con distintas categorías y una amplia oferta”, resaltó.
Se puede decir que hoy día Viña Errázuriz lidera una industria nacional que se abre camino entre las bodegas de alta gama del resto del mundo. Y no lo decimos nosotros, lo sostienen los críticos más importantes del sector, tales como Tim Atkin MW, James Suckling y Robert Parker.
Aquí, en Paraguay, se encuentra presente desde hace 20 años. Distribuidora Gloria SA actualmente importa cuatro etiquetas Estate, dos etiquetas Max, cuatro etiquetas Aconcagua; tres de los prémium, La Cumbre, Kai y Villa Maximiano, y el ícono, Don Maximiano.
Tomás Muñoz, de tan solo 32 años, asumió la jefatura enológica, con el objetivo de incorporar nuevas tecnologías y dar una mirada más joven, sin perder las tradiciones de la producción vinícola que marcaron historia en su país —y en el mundo entero— desde sus inicios.
Incorporación de prácticas sostenibles
Viña Errázuriz inauguró en el 2010 la Bodega Ícono Don Maximiano para elaborar vinos de alta gama. Cuenta con un diseño sustentable y fue diseñada por el arquitecto Samuel Claro. Su interior está preparado para que las uvas cumplan cada etapa de la vinificación por flujo gravitacional, es decir, pasando de un piso a otro por gravedad. Luego de una doble selección manual que elimina escobajos, hojas y uvas dañadas o verdes, las bayas enteras y sanas caen por las aperturas en el piso directamente en los tanques de fermentación, conservando al máximo los sabores frutales primarios.
Esta es una de las primeras viñas chilenas en obtener la certificación de sustentabilidad otorgada por Vinos de Chile y el consorcio Vinnova - Tecnovid. Esta certificación deja de manifiesto la preocupación por el medioambiente y la comunidad que ha inspirado a esta viña desde su creación en 1870.
La Bodega Ícono Don Maximiano es una de las primeras viñas chilenas en obtener la certificación de sustentabilidad otorgada por Vinos de Chile y el consorcio Vinnova-Tecnovid.