Con una infancia marcada por la timidez, la modelo paraguaya de ascendencia coreana, Yei Park, nos cuenta cómo se inició en la exigente industria de la belleza. También nos revela que, gracias a la moda, pudo encontrar las herramientas para derribar prejuicios y autosuperarse, dejando un poderoso mensaje a otras mujeres y destacando que el secreto para sobresalir está en potenciar esas cosas que nos hacen únicas.
Por Gisselle Jara / Fotos Guillermo Fridman
Yei entró esplendorosa con un vestido a motas que dejaba versus largas y elegantes piernas, dignas de una mannequin. Ella es paraguaya, aunque sus rasgos exóticos denotan su ascendencia oriental. “Mi mamá es paraguaya y mi papá, coreano”, dice la joven de 22 años.
En su relato de cómo se inició en este universo, reveló que su primer contacto con la industria fue a los 17 años, en coincidencia con el despegue que tuvieron las marcas de alta costura nacionales. “Cuando estaba en el último año del colegio, me postulé al casting de Caburé, todo a escondidas de mi papá y con la complicidad de mi mamá. Fue mi primera campaña”, cuenta entre risas, y agrega: “Jamás me hubiera imaginado que, ese día, sería el comienzo de una nueva etapa”.
Tras haber sido elegida en esa audición, su carrera como modelo no tuvo descanso, fue imagen de innumerables casas de costura, protagonista de producciones editoriales y modelo en desfiles nacionales, como el Asunción Fashion Week y el Ciudad del Este Fashion Week. En paralelo, su número de seguidores en redes sociales se disparó. “Cuando me di cuenta de que me convertí en alguien conocida ya era tarde, había
“MI ELECCIÓN FUE ESTUDIAR, PERO, SIN DEJAR DE LADO TODO LO QUE ME GUSTA HACER. Y SÍ, TUVE PROPUESTAS PARA MUDARME DE PAÍS Y LAS RECHACÉ PORQUE PRIMERO QUERÍA CULMINAR MIS ESTUDIOS”
pasado muchas cosas. Pienso que, uno de los motivos por los que sobresalí es que, en ese entonces, no había tantas asiáticas en el rubro”, afirma la mujer, quien ahora divide su tiempo entre el modelaje, su carrera universitaria y como customer service en una empresa de flete internacional.
En el 2017, Yei participó del concurso de belleza Miss Universo Asunción, quedando seleccionada para el Miss Universo Paraguay. “Eso también me expuso bastante, para bien o para mal. Muchos me criticaron, incluso, decían que yo no les representaba, aunque yo me siento más paraguaya que cualquiera”, alega.
“ANTES, NO ESTABA CONFORME CON MI ASPECTO Y PENSABA
QUE POR MIS RASGOS COREANOS NO CUMPLÍA CON LOS PARÁMETROS DE BELLEZA”.
“AHORA, LES DIGO A LAS CHICAS QUE SE SIENTEN ASÍ QUE SEPAN APROVECHAR SUS DIFERENCIAS,
UNA LECCIÓN DE VIDA
A diferencia del credo popular que dice que el mundo de la belleza es frívolo, Yei encontró en él un refugio y una oportunidad para autosuperarse. “De chica, era muy tímida. En el colegio no hablaba con nadie, era muda, me aterraba cuando alguien se me acercaba. Mi agencia, Sight Talent Agency, me ayudó a fortalecer mi autoestima y a desenvolverme sola. Recibimos muchos entrenamientos, por ejemplo sobre cómo superar el miedo de hablar ante cámaras. Además, el soporte de mi representante Víctor Flores fue fundamental, él actuó siempre como un filtro de cualquier obstáculo”, confiesa.
En definitiva, su educación y la moda le ofrecieron las herramientas para convertirse en una mujer multifacética, pues, ahora combina su vida laboral con sus obligaciones como estudiante de último año de la carrera Comercio Internacional en la Universidad Católica. “Sin duda, ser modelo me abrió la mente para derribar barreras. Por otro lado, mis padres me inculcaron el estudio”, destaca muy convencida.
Afirma que, si no hubiera seguido una carrera universitaria, quizás ya estaría triunfando en el exterior. “Mi elección fue estudiar, pero, sin dejar de lado todo lo que me gusta hacer. Y sí, tuve propuestas para mudarme de país y las rechacé porque primero quería culminar mis estudios”, expresa con tono humilde.
PORQUE EL SECRETO PARA SOBRESALIR ESTÁ EN POTENCIAR ESAS COSAS QUE NOS HACEN ÚNICAS”
MODELO DE LA GENTE
Las redes sociales de Yei Park nos hacen soñar y viajar a parajes de ensueño. “Mucha gente me escribe y piensa que mi vida es perfecta. Sin embargo, trato de explicar que esas imágenes no son sino el resultado de un largo proceso de aprendizaje. Yo también cometí errores, también tuve relaciones fallidas y también me sacrifico para lograr mis objetivos.
Sin embargo, el secreto está en rodearse de buenas personas, tomar decisiones correctas o corregir las que están por el camino equivocado”, cuenta.
Hace tan solo unos meses, sus publicaciones sorprendieron a los seguidores cuando dio el “Sí, quiero” a Dickson Wu, en una ceremonia hermosa rodeada de sus seres queridos.
A pesar de su corta edad, Yei es dueña de una admirable madurez, aptitud que le sirvió para ascender en la empresa donde trabaja, alcanzar sus objetivos y verse realizada como mujer.
De igual modo, en su cuenta de Instagram comparte sus experiencias culinarias y sus hobbies. “Los fines de semana trato de descansar, vamos al cine o salimos a conocer restaurantes, amamos descubrir nuevos sabores. Vamos al gimnasio y los domingos salimos a caminar. Y, claro, ¡nos encanta viajar!”.
En cuanto a los cuidados de belleza, Yei es muy práctica, fuera de las mega producciones en donde la vemos con llamativos colores, su clave es usar protector solar diariamente, evitando el uso de maquillaje para ir a la oficina. Por las noches, se hidrata con una crema y nada más.
Por último, no pude despedirme sin antes preguntarle cómo se ve en un futuro cercano. La modelo sostiene que seguirá trabajando y que no se plantea alejarse de las pasarelas. “Por ahora, quiero seguir activa, quiero vivir el proceso decrecimiento de este rubro en Paraguay y ser protagonista. Más adelante, me gustaría ser madre, pero por ahora estamos disfrutando del matrimonio”, concluye sonriente.